Argentina entra en pánico ante el drama de no ir al Mundial

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QuitoActualizado a 9 de octubre de 2017 04:55 CEST

Los jugadores argentinos quieren aislarse del ruido exterior antes del trascendental partido ante Ecuador en Quito.AGUSTIN MARCARIANREUTERS

¿Se imaginan que el mejor jugador del mundo no juegue el próximo Mundial? En Argentina nadie quiere siquiera pensarlo, aunque subyace en cada análisis el miedo y la crítica despiadada basada en la posibilidad real de lo que sería una tragedia para un país que desde hace 47 años se acostumbró a participar de todos los mundiales.

La vara la puso alta la Argentina campeona del Mundial 86 con Maradona, porque desde entonces el país se asumió como una potencia futbolística merecedora de clasificarse a todos los Mundiales.

Messi padece en carne propia la comparación injusta con Maradona, y se le exige en cada partido marcar goles heroicos como el del Pelusa a Inglaterra. Pero pocos se detienen a analizar los contextos políticos y futbolísticos de las razones por las cuales el crack no tiene un equipo que lo respalde ni socios que potencien su fútbol como los tuvo Maradona. La crisis de poder en la AFA que derivó en que tres entrenadores en un año, la economía rota por el despilfarro de los clubes, la falta de dirigentes idóneos para conducir el mejor proyecto deportivo para la selección de Messi... son excusas. Y cualquier argentino se siente en condiciones de argumentar porque Argentina no marca y lo que debe hacer Sampaoli para que Messi anote los goles que falla y sea el del Barça. Pero el análisis futbolístico escasea.

Unidos en la desesperación, en el miedo a la tragedia de la no clasificación, Argentina ha entrado en pánico. No se habla de otra cosa que del partido frente a Ecuador. Hasta en los programas políticos se analizan las opciones del pase. Y opinan desde el kiosquero del barrio, hasta los políticos en campaña para las elecciones parlamentarias que se celebrarán en dos semanas, sobre la formación que debe alinear Sampaoli.

Otra grieta, además de la política, divide a los argentinos: los que se volcaron a apoyar al equipo hasta las últimas consecuencias y los que auguran el final peor. Matemáticamente hay opciones. Los argentinos, fanatizados por el fútbol, creen que sus vidas podrían cambiar si la Selección de Messi no se clasifica para el Mundial. No lo imaginan. No se lo permiten. Y se aferran los pros y los contras, a una última esperanza: la zurda de Messi.