El Barça no jugaba a puerta cerrada desde 1925
Fue en un derbi ante el Espanyol en el que fue suspendido el 23 de noviembre de 1924. Hubo lluvia de monedas al árbitro.
El Barcelona no jugaba a puerta vacía desde el 15 de enero de 1925. Sucedió en la reanudación de un partido del campeonato de Cataluña que comenzó el 23 de noviembre del año anterior y que tuvo que ser suspendido por el lanzamiento de monedas al colegiado Pelayo Serrano, que según las crónicas de la época afirmaron que no estuvo acertado.
Después de muchas semanas de conversaciones y de presiones de muchos estamentos, se llegó a la conclusión que el partido debería reanudarse el 15 de enero de 1925 y al que sólo asistieron directivos de ambos clubes, asistentes federativos y medios de comunicación.