Tablas en la locura de Anoeta

Fútbol sin control en Anoeta. Es lo que ofrecieron la Real y el Betis en un partido que terminó con un empate espectacular (4-4) que bien podía haber ganado cualquiera de los dos. Fue una auténtica locura que dejó en evidencia el delicado momento por el que atraviesa la Real en defensa, dando todo tipo de facilidades, y la dinámica positiva del Betis, capaz de sacar un punto muy sufrido de un campo muy complicado, pero que también tiene que hacerse mirar lo de su defensa.

La locura empezó muy pronto, con un gol de Sanabria, que entró hasta la cocina sin que ningún jugador de la Real frenase sus intenciones. Era el comienzo del festival de regalos en defensa, en ambas áreas. Porque poco después marcaba Willian José el empate y Oyarzabal daba la vuelta al marcador, en dos buenas acciones ofensivas, especialmente a jugada por banda izquierda entre Willian José y Kevin para el remate del eibarrés; pero también con la connivencia de una zaga bética que dejó mucho que desear en Anoeta. Aunque lo mismo se puede decir de la Real, que permitía rematar solo a Feddal en el empate del Betis. Así terminaba el primer episodio de un partido muy divertido que se puede decir se jugaba sin defensas.

Y es que nada más salir de vestuarios, los txuri-urdin siguieron con su carrusel de facilidades al dar vía libre a Joaquin para que adelantara al conjunto verdiblanco. Le hicieron hasta pasillo, le abrieron la puerta del gol, y Rulli tampoco pudo hacer nada. El argentino, acomplejado por su error de Rusia, estuvo muy lejos de la solidez bajo palos que suele ofrecer. Pero como el partido estaba para hacer locuras, y la Real tiene argumentos de sobra para hacerlas, buscó su tercer gol con insistencia, hasta que llegó Juanmi y sirvió el tanto a Xabi Prieto.

Lo lógico es que la sangria terminara ahí, pero nadie le puso freno y la locura continuó. Adan salvó varios goles cantados con manos increíbles, y el Betis aprovechaba las facilidades que da últimamente la Real para que sus rivales corran. Sergio León marcaba tras una galopada maravillosa y una contra de libro, ante la pasividad de una defensa que tiene mucho trabajo por delante. 3-4. Pero el fútbol hubiera sido muy injusto con la Real si llega a terminar así. Y Llorente, en otro cabezazo inapelable, ponía el cuarto para los realistas. El madrileño, gracias a su cabeza de oro, es el máximo goleador inesperado de la Real. En defensa sufre como el resto, como en la polémica jugada del final, en la que el arbitro le perdonó la roja tras una entrada en el borde del área a Sergio León. Era el epílogo más digno a un mediodía difícil de explicar en Anoeta. Reparto de puntos, reparto de regalos. Puro espectáculo de fútbol. O locura, llámenlo como quieran.

EL CRACK: Llorente. Cinco goles suma en este inicio de Liga. Máximo goleador realista. Sufrió en defensa, pero si goleado de cabeza vale su peso en oro.