¿Por qué la afición del Málaga silba a Adrián González?

¿Por qué silba la afición del Málaga a Adrián González cada vez que toca el balón? El futbolista madrileño no ha caído de pie en La Rosaleda. Su estreno oficial contra el Eibar ya ofreció los primeros murmullos desaprobatorios que aumentaron en potencia contra Las Palmas. El sábado contra el Athletic, cuando Iñaki Williams anotó el 1-3 la grada decididamente fue a por el centrocampista que era severamente increpado cada vez que recibía el balón. La música de viento se calmó con los dos goles de Baysse y Rolan que certificaron el 3-3. Pero queda en evidencia la realidad de que el público blanquiazul siente animadversión hacia el madrileño. ¿Cuáles son los motivos?

No es fácil determinar razones que justifiquen fobias o filias hacia determinados futbolistas. Adrián no es el primero ni será el último en ser reprobado. ¿Causas? Cada cual tiene sus motivos. Unos dicen que “no corre”, otros que juega “porque es el hijo del entrenador”. No faltan quienes argumentan razones futbolísticas. “No puede jugar de mediocentro con Recio”. “Debe jugar en banda izquierda”. “Su mejor puesto es segundo delantero”. O el más rotundo. “No está bien y se merece un banquillazo”.

En estos reproches hay muchas vertientes llamativas. Míchel es tan popular entre la afición que muchos se han abonado gracias a tu tirón pese a las ventas de Camacho, Sandro y Pablo Fornals, gracias a su popularidad motivada por su carisma y porque, como dice Recio: “Sacó al Málaga de la mierda”. Tampoco se sostiene la teoría de que “no corre” Adrián es el segundo jugador de la plantilla que más kilómetros hace en cada partido, una media de 12. Solo por detrás de Borja Bastón y delante de Recio, Rosales, Rolan o Fede Ricca. No. No es un vago. Pero su fútbol es antipático para estos detractores. De todas formas hay una vieja teoría: todas las aficiones necesitan jugadores a quienes adorar…y a quienes increpar.

Diego Llorente, Boyko y Demichelis

El año pasado durante el partido de Copa Málaga-Córdoba la afición linchó con crueldad a Diego Llorente y el portero ucraniano Denis Boyko. “¡Qué malo eres, Llorente qué malo eres!”. Lo de Boyko fue peor. Risas burlonas. Cuando terminó el partido el meta entró en el vestuario, se tiró al suelo y lloró durante media hora. Nada ni nadie le podían consolar. A Llorente le bastaron dos buenos partidos para tranformar aquellas lanzas en cañas. Ahora destaca en la Real Sociedad. Martín Demichelis también encontraba reprobaciones y una bronca terrible tras dos errores que costaron una derrota contra el Alavés. Ahí observó que su final como jugador estaba al caer.

Sergio Sánches o Quincy

Sergio Sánchez fue uno de los jugadores menos populares y queridos que han pasado por el Málaga. Su carácter glamuroso y medíático más su estilo de juego autosuficiente no encontró partidarios entre la afición que le reprochaba “que iba de sobradito”. Se marchó a Rubin Kazan y ahora está en el Espanyol. Nadie le echó de menos… Maresca también fue cuestionado porque cuando fichó estaba tieso. Pero su honestidad terminó agradando a la grada que sentenció al holandés-ghanés Quincy,que desapareció dos semanas de los entrenamientos del equipo porque estaba de fiesta. Iturra fue denostado porque no quiso renovar por el Málaga para irse al Granada y luego al Rayo. Las broncas que le cayeron fueron memorables. Pero estos son casos en apariencia sin redención. No son comparables con lo que le está pasando a Adrián.

Los entrenadores tampoco se han librado de este juicio público del público. Peiró tuvo que escuchar un “Qué malo eres” y el Málaga ascendió a Primera. Juan Ramón Muñiz que salvó al Málaga de un descenso en una temporada donde llegó a usar a 11 chavales del filial de Tercera porque no había más cera escuchó tras el duelo salvador contra el Real Madrid un unánime “¡Ahora más que nunca Muñiz vete ya!”. Hasta Pelegrini pasó por esto. De ser calificado en pintadas como "la gallina delvestuario" pasó a gran e inolvidable ídolo. Fútbol. 

Junto con Adrián, el más recriminado está siendo Abdullah Al Thani, el propietario y presidente. "¡Al Thani vete ya!" fue el otro grito de guerra que también se aplacó gracias a la reacción del equipo pese a jugar con uno menos ante el confiado Atthetic.

Adrián espera que esta animadversión se cambie por aplausos aunque sabe que depende de él. El fútbol son rachas y estados de ánimo. Ni es el primero ni será el último en pasar por el juicio del respetable.

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