¿Qué fue de Carlos Marchena?: el 'pater' de la Selección
El exjugador del Sevilla, Valencia, Villarreal y Deportivo fue uno de los miembros de aquella Selección que nos dio la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010.
Marchena es uno de esos jugadores claves para entender la gran eclosión de la selección española de fútbol que forjó Luis Aragonés. Aquella que nos hizo vibrar en la Eurocopa 2008 como aperitivo de aquel gran Mundial de 2010. El 'pater' de la Roja, como le conocían en el vestuario del combinado español por el papel que ejercía en él, se convirtió en uno de los emblemas de la Selección. Con casi 70 partidos como internacional, está entre los veinte jugadores que más ha vestido la camiseta de la Roja. Tras unos primeros tímidos pasos en el Sevilla y Benfica, donde coincidió con Mourinho, pasó su mejor etapa como futbolista en las filas del Valencia más glorioso que se recuerda en los últimos tiempos. También disfrutaron de su fútbol en el Villarreal y en el Deportivo. Colgó las botas hace apenas un año después de un breve paso por el fútbol asiático pero sigue dedicándole su vida al fútbol.
Carlos Marchena (Las Cabezas de San Juan, Sevilla, 31 de julio de 1979) es un exjugador español que inició su carrera como futbolista en la cantera del Sevilla, debutando con el primer equipo hispalense en 1997 en Segunda. Al año siguiente, jugó por primera vez en Primera después de que el conjunto de Nervión ascendiera a la máxima división española. La crisis en el club sevillano en aquellos años le obligó a marcharse traspasado al Benfica, dejando en las arcas de Nervión 1.000 millones de las antiguas pesetas (6 millones de euros). Con la camiseta rojiblanca llegó a disputar un total de 76 partidos y anotó un gol. Aunque no llegó a triunfar con el conjunto hispalense, Marchena siempre se confesó fiel seguidor a los colores del club que lo elevó al fútbol profesional. El andaluz también recibiría en sus primeros años como futbolista la llamada de las categorías inferiores de la selección española. En 1999 se proclamó campeón del mundo sub’20 en Nigeria junto a jugadores como Xavi Hernández o Iker Casillas.
En Lisboa no cuajó muy bien. Firmó por cuatro años con el conjunto lisboeta, dirigido en aquel entonces por José Mourinho, y se fue tras el primero. Allí, disputó una veintena de encuentros y marcó dos goles. De Portugal a España de nuevo. Pero no volvía a casa sino que fichó por el Valencia en un operación que consistía en un intercambio con Zahovic, al que ansiaban en la capital lusa. En el mismo verano de su retorno a LaLiga, Marchena consigue la plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Una medalla que, unida a su rendimiento en Mestalla, le valdría para dar el salto a la Absoluta dos años después (debuta en un Honduras-España el 21 de agosto de 2002 de la mano de Camacho).
Sus inicios en el conjunto che fueron complicados. No conseguía hacerse con la titularidad en sus primeros momentos como valencianista, que coincidieron con la consecución del título de Liga en 2001. En las temporadas siguientes, el exinternacional español fue ganando protagonismo hasta convertirse en indiscutible. En 2004, llegan tres títulos más: Liga, Copa de la UEFA y Supercopa de España. Poco a poco, su labor en el vestuario fue mayor ganándose el reconocimiento de sus compañeros que decidieron darle la capitanía del equipo. Su labor dentro y fuera del terreno de juego le hicieron ganarse a la afición del Valencia, que lo mantiene como uno de los jugadores más legendarios del club, siendo parte de la generación che que alcanzó la gloria hace poco más de diez años.
En 2010 fichó por el rival vecino, el Villarreal, después de haberse proclamado campeón del mundo con la Roja. Dos años antes también había conseguido también la Eurocopa 2008, donde tendría un gran peso en el terreno de juego, no así como en el Mundial donde obtuvo un rol más de líder silencioso, fundamental para el equipo. Con su fichaje por el Submarino amarillo decía adiós a Mestalla habiendo vestido la camiseta del Valencia en más de 300 ocasiones dejando catorce goles, ocupando siempre una posición retrasada en el campo alternando su rol de central con el de mediocentro defensivo.
Un total de 64 partidos y cuatro goles dejó el andaluz en las dos temporadas que jugó en El Madrigal. En 2012 aterriza en A Coruña para jugar en el Deportivo por una temporada. Al año siguiente decide renovar su contrato con los coruñeses a pesar del descenso del equipo a Segunda y de tener ofertas de otros clubes en Primera y en el extranjero. Rechazó cualquier oferta por quedarse en el Dépor y devolver al club a la máxima categoría. El fútbol le devolvería el favor dejándole el gol, el último de su carrera, que decidió el ascenso en la última jornada de Liga frente al Real Jaén. Luego no renovó con los gallegos, por lo que aquel gol, en el que se abrazó con la grada de Riazor significó el adiós a un club que le tenía un cariño especial por su compromiso tanto fuera como dentro del campo.
Tras unos meses en paro, se aventuró en un proyecto más exótico. Atravesó medio mundo para jugar en la India en las filas del Kerala Blasters, pero no duró mucho por el continente asiático. Tras volver a España a finales del 2015 para entrenar en el Gerena, equipo andaluz de Tercera, anunció su retirada un 19 de enero de 2016. El ‘Pater’ colgaba las botas a los 36 años después de una carrera llena de éxitos. "Esta hermosa aventura empezó en la calle León de Las Cabezas de San Juan, y no he parado de tener vivencias enriquecedoras tanto profesional como personalmente. Me llevo del fútbol, una educación, buenos amigos y una magnífica experiencia", escribía el exinternacional en una carta de despedida.
Histórico en el Valencia, equipo que le homenajeó ante la afición hace apenas unos meses, y en la Selección, se le vinculó con el Sevilla tras su retirada. Los rumores hablaban de que el exfutbolista iba a formar parte de la dirección deportiva tras la marcha de Monchi. Pero no fue así. El andaluz trabajará en el equipo hispalense pero dirigiendo el Sevilla C. Comienza de este modo su primer reto como entrenador.