Bale sí sonríe con Gales...
El jugador del Real Madrid se siente liberado cuando se concentra con su selección. En su país natal se aleja del microclima instaurado en el Santiago Bernabéu en torno a su figura.
Un futbolista diferente. Esa es la sensación que transmite Bale cuando se concentra con la selección de Gales. Gareth es una persona feliz en su país natal. Allí sí sonríe. Bromea con sus compañeros del combinado nacional. Comparece ante los medios de comunicación. Actúa en función de su status. Es el líder, el principal baluarte de 'Los Dragones Rojos'. Con Gales se siente liberado, alejado del microclima instaurado en el Santiago Bernabéu en torno a su figura.
Bale viajó el pasado lunes a Cardiff con los silbidos del coliseo madridista retumbando todavía en sus oídos. La afición pitó al jugador galés en varias fases del encuentro ante el Valencia. Diferentes errores en su juego provocaron el enfado de algunos sectores del estadio. Este sentimiento vivió su momento más álgido en el momento de su sustitución. Zidane retiró al once madridista del césped en el minuto 74. El 1-1 imperaba en el marcador a falta de un cuarto de hora para la conclusión. Entonces, Zizou prescindió del fichaje más caro de la historia del Real Madrid (costó 101 millones de euros) para dar entrada a un canterano como Lucas Vázquez.
Los capitanes del Real Madrid no rebatieron a los aficionados. Principales espadas del vestuario merengue como Sergio Ramos o Marcelo enviaron una señal de aviso a Bale. "El tema de los silbidos no va a cambiar, ha pasado siempre y seguirá pasando. Durante años el nivel de exigencia del Bernabéu nos lo han hecho sentir. Cuando te toca no es agradable pero hay que saber vivir con ello. Tienes que irte a casa con la conciencia tranquila por haberlo dado todo. Un toque de atención nunca está de más y todos lo hemos vivido", afirmó el camero en su llegada a la concentración en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. “El público tiene derecho a exigir a todos, es normal, a mí también me han pitado”, explicó el lateral brasileño en zona mixta tras el empate ante el conjunto ché.
El Bale de La Décima. Ese futbolista que en su primer año marcó en la final de la Champions de Lisboa para señalar el camino del trono europeo a sus compañeros. El Bale de la final de la Copa del Rey en Mestalla. Ese velocista que, ante la ausencia de Cristiano Ronaldo, se echó el equipo a la espalda para conquistar el reinado nacional con una galopada imperial frente a Bartra. El Bale de la Euro2016. Ese comandante que lideró a su selección en territorio francés, conduciendo a la Galés de su corazón hasta las primeras semifinales de su historia en un gran campeonato internacional. En resumidas cuentas: el Bale que echa de menos el madridismo...
