Último empujón a Mónaco
El Sevilla defiende en el partido de hoy (20:45 A3/TV3) ante el Basaksehir el 1-2 para estar el jueves en el bombo 2 del Fórum Grimaldi.
La diabólica rotación de Berizzo el sábado ante el Espanyol cortó la digestión del sevillismo, que se había ilusionado después de la más o menos convincente victoria en Estambul. El fin de semana hubo apuntes ilusionantes como la potencia de Muriel y el fantástico regreso de Navas, qué portento físico. Pero experimentos fallidos como los de Ganso en el centro del campo y los nervios de debutante en Borja Lasso, joya de la cantera. Todo eso además de los pájaros que revolotean en la cabeza de Nzonzi, algo distante y sin el futuro por resolver. Pasada la página del tropiezo, Berizzo ya ha garantizado que el once se parecerá mucho al que ganó 1-2 el miércoles pasado en el barrio de Basaksehir gracias al disparo preciso de Escudero y el taconazo de Ben Yedder . Ese es el resultado que defiende el Sevilla, a 90 minutos de sellar su tercera participación consecutiva en la Champions, estar en el bombo 2 del sorteo del jueves en el Fórum Grimaldi y asegurarse unos 25 millones de euros según los cálculos de la directiva.
Destarrada la palabra “relajación” según palabras de su mismo entrenador, el Sevilla se pondrá en manos de Banega para manejar el partido. El argentino es una garantía cuando no saca su lado rebelde y absurdo como el sábado con Hernández Hernández. Guido Pizarro también ha insinuado buenas cosas en su estreno. Ben Yedder y Correa vuelven a apuntar como titulares y Montoya y Navas se juegan un puesto en la derecha. El de Los Palacios hizo un esfuerzo titánico ante el Espanyol.
El Basaksehir mantiene la ilusión. Demostró en Estambul que tiene argumentos. La velocidad de Elia fue un martirio para Mercado; Visca y Mossoró demostraron calidad, Emre llevó el timón del partido en los momentos en los que el Sevilla se despistó y Adebayor aún está para algún trote. No se rindió y tampoco van a regalar la clasificación aunque el Sevilla está muy advertido por las experiencias del pasado (Sporting de Braga, Hannover) en las previas.
El último empujón, cómo no, lo dará la gente. Es agosto y cuesta arrancarse desde las playas, pero el sevillismo quiere otoño de estrellas e himno de la Champions. Difícil pensar que no empuje a su equipo para colocarlo otra vez en el jardín de los ricos de Europa. Bellos años para el Sevilla.