PANATHINAIKOS 2 - ATHLETIC CLUB 3
Athletic: seis minutos de furia
Dos goles casi calcados, de Aduriz y De Marcos, y un penalti a lo Panenka para el doblete del delantero, remontan un dos a cero inicial del Panathinaikos.
Había un infierno en Atenas que esperaba a los leones para meterlos en el microondas y recocerlos bien. Durante más de una hora el Panathinaikos destartaló a un Athletic chato y fuera de lugar. Pero en seis minutos este dio la vuelta a la lógica, y se reenganchó a la vida. Dos mordiscos gemelos y un penalti que pudo provocar infartos por cómo lo lanzó Aduriz bastaron para arrimar a los rojiblancos a la fase de grupos. Todo nació de dos muy buenos centros en segundas jugadas de Muniain y Balenziaga, que sirvieron para los tantos de Aduriz y De Marcos e igualaban el dos a cero de los helenos. Esa reacción furibunda (el infierno ateniense lo pusieron los visitantes en tan corto espacio de tiempo) hizo respirar a Ziganda tras verse en el cuarto oscuro.
Nació muy valiente el equipo del trébol. El Athletic no conseguía robar con facilidad y cuando al fin rascaba algún balón, no salía en transición. El Panathinaikos jugaba en campo contrario, asfixiaba, no dejaba sacar el cuero a los leones. De momento, el proyecto de equipo se parecía a ese bloque plano y desganado de la temporada pasada fuera, especialmente en Europa. El primer gol hizo una caricatura del cuadro de Ziganda en cuanto a agresividad defensiva: Cabezas centró con la zurda disponiendo de todo el tiempo del mundo; aguardó un dos contra dos en medio. Molins (qué buen jugador en las peinadas, el cuerpo a cuerpo y la forma de abrigar el balón en el juego directo) prolongó adelantándose a Etxeita y entre Lod y Altman se sortearon quién dar la puntilla. Fue el primero, el finlandés, el que controló rápido ante un estupefacto De Marcos y definió como los cracks.
El gol dejó sonado al Athletic. Le entraron los nervios y se descontroló. Vesga y Beñat tenían muchos problemas a la espalda. Combinaban bien los locales en tres cuartos de campo y el Athletic ejercía de equipo perdido. El dos a cero fue otro alarde de determinación, de Cabezas, con la zurda.
Salió Williams en la segunda parte y los tres chispazos hacían frotar los ojos a la parroquia ateniense. Los cuatro de arriba empezaron a moverse posicionalmente y encontró el equipo un punto de esperanza. Al sonido de pim, pam, pum, la eliminatoria quedó casi vista para sentencia. Aduriz abrochó el 2-3 con un penalti suave a lo Panenka que por poco se lo atajan: quiso lanzarlo al centro pero le salió a la derecha del portero y éste la tuvo muy cerca. Al final los goles dibujaron a un equipo pletórico, aunque Donis en una ruptura tras desequilibrio por la izquierda tuvo una muy clara que achicó con rapidez Herrerín. Cosas del fútbol. Y de la pegada de un grande.