Brasil se impone a Australia con la ley del mínimo esfuerzo
La selección de Tite venció a un rival que casi no mostró oposición en un amistoso en el que se adelantó con un gol de Souza a los diez segundos.
En menos de lo que tarda en cargarse esta crónica en su ordenador o dispositivo móvil, Brasil ya se había adelantado en el segundo amistoso de su minigira australiana, en el que goleó a Australia sin desplegar grandes esfuerzos. En el primer lance del partido, Giuliano robó el balón tras el saque inicial de los aussies y Diego Souza batió a Langerak de disparo cruzado. Diez segundos contaba el cronómetro.
El gol, el más rápido de la historia de la selección de Brasil, dejó clara la superioridad de la canarinha desde el primer minuto, literalmente. Los de Tite controlaron la posesión del esférico, fueron intensos en la presión a la salida de balón por parte de Australia y cortaron de raíz cualquier intento de contraque pudiera pillar carente de tensión a su zaga.
Solo la falta de mordiente de los de Tite les impidió llevarse un resultado más abultado al descanso. La presencia de Diego Alves fue casi testimonial: tres llegadas a la postre inocuas de Australia —un centro de Beich sin problemas despejado por Caio, un disparo de Cahill desviado y un remate de Luongo taponado por Thiago Silva— reclamaron la atención del portero valencianista en una plácida primera parte sin sobresaltos para él.
El mismo Thiago Silva fue, ya iniciado el carrusel de cambios, el autor del segundo tanto en una concatenación de ocasiones para Brasil. David Luiz, portentoso todo el partido, reventó el larguero con un testarazo llegado desde atrás para rematar un saque de esquina, la zaga australiana fue incapaz de despejar el balón intimidada por hasta cuatro brasileños y el central del PSG se llevó el gato al agua con otro cabezazo.
El reposo que gobernaba el partido cuando una Australia prácticamete rendida controlaba sin chispa el balón, lo dinamitaba Brasil a su antojo. Willian tuvo una salida fulgurante y robó un balón para asistir a un Costa que estrelló su remate en Langerak, muy atento siempre y que poco después respondió de igual manera a una oportunidad de Taison. Este se redimió minutos después haciendo el tercero tras un pase de tacón de un Paulinho que en la misma acción venía de tirar una pared con Souza.
Este, el delantero carioca, terminó el encuentro como lo empezó: con otro gol al límite del tiempo. De hecho su cabezazo para cerrar el marcador llegó ya sobrepasado el tiempo añadido decretado por el inglés Clattenburg.