El Madrid pasa al Barça y ya es también el rey de Europa en color
El barcelonismo justificó el dominio blanco diciendo que ganaba las Copas de Europa en 'blanco y negro'. Tras tumbar a la Juve tiene otras 6 en la era moderna por 5 del Barça y del Milán.
No hay ninguna duda respecto a que el Real Madrid de Di Stéfano fue el gran dominador del siglo pasado en cuanto a Copas de Europa ganadas. Sus cinco títulos consecutivos de 1956 a 1960 y el campeonato logrado en la temporada 1965-66 le encumbraron como mejor equipo del mundo ante la admiración y el respeto de todos sus rivales. Sólo en Benfica (1961, 1962) pudo plantarle cara seriamente. Después, resurgieron grandes potencias para hacerle sombra, más en el césped que en las vitrinas, como el Ajax, Bayern, Liverpool, Juve y Milán, hasta que el Barça también fue ganando peso poco a poco, quitándole foco a su eterno rival. Le discutió el dominio en España y fue capaz de lograr su primera Orejona en Wembley en 1992. Desde entonces, en aquella época dorada de Cruyff en el banquillo en la que borró a una mágica Quinta del Buitre, el eufórico barcelonismo se sacudió los complejos. A falta de tantos títulos y de tanto peso como el Madrid, se apropió de la bandera del buen fútbol. Estaba convencido de que el futuro sería suyo. "Las Copas de Europa del Madrid fueron en blanco y negro. Ahora el equipo más admirado es el Barça", venían a decir algunos culés con datos en la mano, pero con clara vocación de hacer de menos al adversario. Era la frase más repetida en el colegio o en el trabajo. Una sentencia que cundió.
Pero las excusas duraron poco. Mientras que el Barça era el amo de la Liga con un fútbol arrollador, el Madrid jamás dejó de hacer lo que mejor se le da, ganar, y volvió a congraciarse con la Copa de Europa 32 años después, confirmando que su relación con esta competición era especial y que no entendía de regularidad ni estilos ni favoritismos. Alzó la Séptima (ya con la denominación de Champions) en Ámsterdam en 1998 tras ganar a la favorita Juve (1-0, Mijatovic), por lo que de un plumazo se sacudió un gafe y, a la vez, consiguió que en la era moderna (coloquialmente conocida como la era de color), empatara a títulos con ese Barça ejemplar. Sin embargo, el barcelonismo siguió con su coletilla, alentado por su exquisito juego. "El Madrid ganaba las Copas de Europa en blanco y negro". Una opinión manida que ya no se ajustaba a la realidad. Como también ocurría, erróneamente, con esa denuncia de que el Madrid levantaba más Ligas con Franco en el poder.
Tampoco le sirvió a muchos simpatizantes del Barça en general, o antimadridistas en particular, que el Madrid volviera a conquistar la Champions en el 2000 (3-0 al Valencia) y en 2002 (2-1 al Leverkusen). Así que ni que decir cuando Rijkaard devolvió el esplendor al Barcelona y Guardiola dirigió a lo más alto a un equipo fabuloso liderado por esos locos bajitos y por un Messi hambriento. El Barça ganó las Champions de 2006 (2-1 al Arsenal), 2009 (2-0 al United) y 2011 (3-1 al United), adelantando así al Madrid en esa lucha particular por ser el rey de Europa en color. Lo conseguido por el Madrid en los años cincuenta y sesenta parecía (sólo parecía) olvidado. El Barça era la moda y el Madrid se veía hasta por detrás de otros equipos que en esta época en color (mediados de los 70) se estaban convirtiendo en leyenda: el Milán ganó cinco de sus siete títulos entonces (1989, 1990, 1994, 2003, 2007), el Bayern levantó otras cinco copas (1974, 1975, 1976, 2001, 2013); y cuatro el Liverpool (1977, 1978, 1981, 1984, 2005) y el Ajax (1971, 1972, 1973, 1995).
El Barça estaba lanzado. Con Messi barriendo en el Balón de Oro (ya lleva cinco) y levantando Ligas con una costumbre aplastante, la sensación era que el presente y el futuro a corto plazo eran culés, mientras que el Madrid estaba obligado a renovarse (adiós Mou) al no poder vivir en segundo plano con una Copa y una Liga de vez en cuando. Y en esa renovación, triunfó y comenzó a levantarse, sin continuidad en España pero con una gran superioridad en Europa. Cristiano, con tres de los últimos cuatro Balones de Oro, ha tenido gran parte de culpa. Con la Décima de Ancelotti (2014) y la Undécima de Zidane (2016) el Madrid logró deslucir la época dorada de un jugador inigualable como Messi y la sensacional aportación de Luis Enrique. El técnico, pese a ganar la Quinta del Barça en 2015 (3-1 a la Juve) y abrazar nueve títulos de trece, se ha marchado desgastado.
Por eso, el Madrid ha hecho histórica este sábado en Cardiff. No sólo ganó un título. También puede presumir ya de un legado. Puede decir, con datos y no con sensaciones, que fue el rey de Europa en blanco y negro y que ahora también lo es en esta época de color. Ganó la primera Orejona y ha levantado la última. Tras tumbar a la Juve confirma un dominio de principio a fin. Si en el siglo pasado llegó a sacarle seis Copas de Europa de diferencia al Barça (6-0), en este siglo la brecha ya se ha aumentado a siete (12-5). La Duodécima no es un sueño. Es una realidad.
Palmarés de la Copa de Europa
12 títulos: Real Madrid (1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1966, 1998, 2000, 2002, 2014, 2016 y 2017).
7 títulos: Milán (1963, 1969, 1989, 1990, 1994, 2003, 2007).
5 títulos: Bayern Múnich (1974, 1975, 1976, 2001, 2013), Barcelona (1992, 2006, 2009, 2011, 2015) y Liverpool (1977, 1978, 1981, 1984, 2005).
4 títulos: Ajax (1971, 1972, 1973, 1995).
3 títulos: Inter de Milán (1964, 1965, 2010) y Manchester United (1968, 1999, 2008).
2 títulos: Juventus (1985, 1996), Benfica (1961, 1962), Nottingham Forest (1979, 1980) y Porto (1987, 2004).
1 título: Celtic (1967), Hamburgo (1983), Steaua Bucarest (1986), Olympique Marsella (1993), Borussia Dortmund (1997), Chelsea (2012), Feyenoord (1970), Aston Villa (1982), PSV (1988) y Estrella Roja (1991).