Orriols cierra la jornada liguera con la calculadora en la mano. Los granotas son conscientes de que no podrán celebrar el ascenso la próxima jornada en el Ramón de Carranza. Al menos sobre el césped. De ganar hoy, el Levante mantendría una ventaja de 21 puntos que de poder alargarla la semana que viene a 24 venciendo al Cádiz el sábado, le tocaría esperar a que el Tenerife no ganara. Y eso sería ya el domingo. Así sería la única manera de poder ir a la fuente a celebrarlo. Si no, todo anda enfocado a que la fiesta sea en casa el siguiente fin de semana recibiendo al Oviedo.
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Demasiado cálculo. Demasiado número. Quizá hasta innecesario. Porque Muñiz y lossuyos, con preocuparse de ganar ya tendrían bastante. En el vestuario saben que es cuestión de días. Y semana arriba, semana abajo, no cambiará mucho el tema más allá de las preferencias de cada uno. Por lo pronto, el Reus es el siguiente paso. Un equipo, el catalán, al que le gustaría vivir el final de temporada sin nervios ni preocupaciones. La cosa por abajo está calentita y los de Natxo González andan metidos en el 'fregao'. Los 12 partidos que acumula sin ganar le han llevado a esta situación. Pero ¡ojo! Que hasta la fecha está entre los mejores visitantes de la categoría y ya sabe lo que es puntuar en grandes campos como el Coliseum, el Carranza, el Tartiere o el Heliodoro.
Pero el Ciutat es el Ciutat. Nadie ha ganado allí todavía. Y el líder en su casa se muestra tan intratable como insaciable es el hambre de Roger en su pelea por el pichichi. La semanapasada no marcó y su máximo rival, Joselu, no falló ayer. Dos buenas razones para recuperar las buenas sensaciones que parecen olvidadas enlas últimas semanas. ¿Relajación? Parece más que la temporada se está haciendo un pelín larga para un equipo que no ha querido dejar la faena para el final y llega con los deberes hechos. Muñiz podría sacar hoy el equipo de gala. Vuelve Pedro López. Vuelve el capitán.
