Hace 24 años que el Atlético no cae en competición europea después de ganar el partido de ida por 1-0. Muchos atléticos no olvidarán esa eliminatoria de dieciseisavos de final de la UEFA ante el OFI Creta. En la ida, el Atlético ganó por 1-0, pero no se imaginaba lo que se iba a encontrar en terreno griego. El 2 de noviembre de 1993 el Atlético, dirigido por Jair Pereira, perdió por 2-0, con tantos de Machlas y Tsifutis, de penalti.
El protagonista del encuentro fue el colegiado checo Jiri Ulrich, quien se dejó amedrentar por el ambiente del estadio Theodoros Vardinoyannis, abarrotado. En el 60’, en una acción entre Caminero y Samaras, señaló penalti y expulsó al rojiblanco. Tsifoutis lanzó, paró Diego, la pelota hizo un extraño y el cancerbero sacó el balón en la línea. Pero el colegiado decretó gol ante las protestas colchoneras. Era el 2-0, definitivo. “Fue un robo”, tituló AS en portada. Los rojiblancos rodearon al colegiado al final del partido y a Diego tuvieron que sujetarle porque se iba detrás del árbitro, enfurecido por su actuación. El Atlético fue sancionado con 21.600 euros.