El síndrome de la felicidad se apodera de Sant Adrià
Los asistentes al entrenamiento ovacionaron a Quique Sánchez Flores. Antes, el primer equipo se fotografió con los chavales del Campus y Víctor Sánchez apadrinó al club Can Mir.
La llegada de la Semana Santa, unida al calor primaveral, propicia un ambiente de satisfacción en la Ciudad Deportiva del Espanyol, que este miércoles quedó latente. Obviamente, mucho tiene que ver en ese "síndrome de la felicidad", como lo bautizó Quique Sánchez Flores, la victoria del pasado sábado ante el Alavés, así como las opciones matemáticas con que cuenta el equipo perico para acceder a la Europa League.
La matinal en Sant Adrià arrancó, conforme los jugadores salían al césped para iniciar el entrenamiento, ya que allí les esperaban los chavales que participan en el ya tradicional Campus de Tecnificación de Semana Santa, con Álex García al frente, para todos juntos realizarse una fotografía de familia. Especialmente expectantes estaban los familiares de los niños, móviles y cámaras en mano, para inmortalizar el momento.
Al término de la sesión se vivieron más momentos de alegría. Muchos fueron los asistentes a los entrenamiento, y también los que aguardaron a los jugadores en la zona de vestuarios, a la espera de un autógrafo o un 'selfie'. El gran momento llegó cuando vieron a Quique salir por la puerta, ya que fue ovacionado. El entrenador devolvió el cariño parándose también con todos los seguidores que se lo requirieron.
Paralelamente, Víctor Sánchez se quedó sobre el césped junto a los chicos del Club Escuela de Fútbol Can Mir, que como él proceden de Rubí, y a los que apadrinó. Junto a ellos también estuvo Cristian, capitán del equipo Amigos Special RCDE, que participa en el MIC Integra con el objetivo de revalidar el título de campeones.