Estados Unidos da a México y Canadá las migajas del Mundial
El proyecto contempla que se disputarán en EE UU sesenta de los ochenta partidos del Mundial y además todos a partir de cuartos.
La indignación prendió en la redes sociales de México cuando se conoció la letra pequeña de la candidatura conjunta con Canadá y Estados Unidos al Mundial 2026. El proyecto contempla que se disputarán en EE UU sesenta de los ochenta partidos de la primera Copa del Mundo con 48 países, mientras que los otros dos socios sólo acogerán diez encuentros cada uno. Además todos los partidos a partir de los cuartos de final, incluidas las dos semifinales y la final, se celebrarán en territorio yanqui.
El asunto fue tendencia en Twitter en México, y el descontento fue creciendo cuando se supo que el presidente de su federación, Decio de María, no había podido ni siquiera garantizar que el partido inaugural fuera a celebrarse en el Estadio Azteca. “De los cuartos de final para adelante todos los partidos se van a jugar en Estados Unidos, así que la final será en Estados Unidos. Estamos discutiendo dónde será la inauguración, pero ahora nuestra principal preocupación es que nos den la sede”, certificó el presidente de la federación estadounidense, Sunil Gulati.
El presidente de la Federación de Canadá, Víctor Montagliani, no ha dicho ni pío. En México creen que lo único que ha hecho ha sido allanar el camino a Estados Unidos para vencer las dudas iniciales de México por la situación política tras la llegada de Donald Trump. Montagliani es además el presidente de la CONCACAF, y por tanto el aliado de la FIFA que, sobre todo, busca el éxito económico de la operación tras arrojar pérdidas en sus últimos balances financieros.
Pero no acaban aquí las maniobras de Estados Unidos, que también ha pedido por escrito a la FIFA que, si aprueba su oferta técnica y económica, renuncie a recibir más candidaturas. La propia FIFA se ha prestado a darle una vuelta al asunto en su Congreso del mes que viene, en Bahrein. Marruecos y España estudian presentar un proyecto alternativo, como también Australia y Nueva Zelanda.