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Betis: camino del 9º cambio de entrenador en apenas 40 meses

Una victoria del Sporting en Anoeta amenaza con hacer caer a Víctor Sánchez del Amo. Banquillo 'eléctrico': resisten de media 150 días.

Actualizado a
Víctor Sánchez del Amo podría tener que hacer las maletas en el Betis.
CARLOS DIAZ-RECIODIARIO AS

Sólo Osasuna (ocho puntos) suma en Primera División menos de los nueve que lleva el Betis en esta segunda vuelta y en las entrañas del Benito Villamarín ya se debate la destitución de Víctor Sánchez del Amo. La decisión podría precipitarse este lunes dependiendo de lo que ocurra a 1.000 kilómetros de Sevilla, en Anoeta: si el Sporting gana a la Real Sociedad y pone el descenso a seis puntos, Víctor recortará sus opciones de sentarse en el banquillo de Heliópolis ante el Eibar el próximo domingo.

'Banquillo eléctrico' el heliopolitano, que durante las últimas tres campañas y pico ha liquidado prácticamente a un técnico cada cinco meses, ocho en 40. El Betis va camino del noveno cambio de entrenador desde que el 2 de diciembre de 2013 la marcha de Pepe Mel pusiera fin a la única etapa de relativa estabilidad que ha vivido el club verdiblanco en los últimos tiempos. Un ascenso, una permanencia cómoda y una clasificación europea no habían sido suficiente aval como para que Mel resistiera haber caído a puestos de abismo. El entonces administrador judicial del club, José Antonio Bosch, le sustituyó por el valenciano Juan Carlos Garrido, que duró cinco jornadas en el cargo. Con el Betis prácticamente desahuciado, el argentino Gaby Calderón completaba la campaña del descenso más lamentable en la historia de las Trece Barras, de farolillo rojo y con 25 puntos.

Juan Carlos Garrido, en un Betis-Real Madrid.
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Juan Carlos Garrido, en un Betis-Real Madrid.Jesús AguileraDiario As

El salmantino Julio Velázquez, ahora en el Alcorcón, comenzaba la 2014-15 en Segunda pero apenas duraría 14 partidos, con el Betis a ocho puntos de los puestos de ascenso directo. Juan Merino subió del filial para actuar de perfecto puente (cuatro jornadas, cuatro victorias) hacia el regreso triunfal de Mel, que volvía a lograr el ascenso como campeón y tres jornadas antes del final de Liga. Completada la primera vuelta de nuevo en Primera, 20 puntos en 19 jornadas (mejor media que este año) no bastaban para que el entrenador madrileño evitara su segunda destitución verdiblanca y para que Merino, otra vez él, mantuviera al Betis en la máxima categoría.

Pero la directiva no confió en el linense y decidió apostar por Gustavo Poyet para iniciar el proyecto de esta 2016-17. 11 jornadas (11 puntos) duró el uruguayo. Con Víctor Sánchez del Amo el Betis se produjo un repunte en los primeros partidos que se ha esfumado por completo después. Dos victorias apenas alumbran a Víctor en las últimas 14 jornadas, lo que iguala su media (un punto por encuentro) con la de su antecesor. La última serie es de tres derrotas consecutivas, amortiguadas por lo barato que se ha puesto este año quedarse en Primera. Eso sí: como al Sporting le dé por ganar un partido...

Y además: cuatro presidentes y cinco directores deportivos

Los constantes cambios en el banquillo del Betis han venido asimismo acompañados de una gran inestabilidad en los dos escalones más arriba, los de la dirección deportiva y la presidencia. Días después de que Mel fuera destituido por primera vez, en diciembre de 2013, el serbio Vlada Stosic era fulminado de la dirección deportiva. Le siguieron Chuti Molina, Alexis Trujillo (hoy asistente de Víctor Sánchez del Amo), Eduardo Macià el año pasado y un discutidísimo en estos momentos Miguel Torrecilla. En la presidencia, prácticamente lo mismo. Miguel Guillén firmó el primer finiquito de Mel para ser sustituido durante unos meses por Manuel Domínguez Platas. Juan Carlos Ollero contrató a Mel por segunda vez y también le echó días antes de que el actual máximo mandatario, Ángel Haro, se hiciera con las riendas del club, en febrero del año pasado. Haro y su vicepresidente López Catalán, eso sí, ya mandaban y decidían muchas cosas en Heliópolis meses antes de convertirse en las primeras cabezas visibles del enésimo proyecto fallido. Catalán, de hecho, negoció también en primera persona la contratación del penúltimo director deportivo, Eduardo Macià.