El Levante se salva in extremis y de penalti ante el colista

Está empezando a quedar demostrado, física y matemáticamente, que lo de ganar al Levante esta temporada es tarea casi imposible. Y si es en el Ciutat de València, sin el casi. Que se lo pregunten al Mirandés. Alfaro dijo (y es verdad) que sale reforzado de su estreno por lo visto de su equipo, pero la realidad es que se marchó de vacío de Orriols y seguirá una semana más como colista. No pareció ostentar tal condición ante un líder que acaricia ya con las dos manos la Primera División.

Pronto golpeó el Levante. A los 10 minutos ya mandaba el líder. Espinosa sacó la varita mágica para dejar solo a Jason delante de Roberto con un bonito juego de piernas. Pero el 23 tiró de generosidad y puso el pase de la muerte al segundo palo donde apareció Chema para empujar a la red. Si ya lo tenía difícil el Mirandés en el fortín de Orriols, pues una vuelta de rosca más. Los de Muñiz pudieron ampliar su ventaja si el colegiado hubiera señalado un penalti claro sobre Roger agarrado en el momento que buscaba cabecear un centro desde la derecha.

Y si Roberto no le hubiera hecho un paradón al pistolero que con un buen movimiento al primer palo enganchó el centro de Morales ajustando al palo pero donde voló el meta del Mirandés. Después, antes de terminar la primera mitad, el susto fue doble para el Levante. Primero con Pedro López que quedó inconsciente tras un choque fortuito con Usero y tuvo que ser sustituido. Y luego por una salida en falso de Raúl que obligó a Chema a sacar el balón bajo los palos.

Nada más salir del vestuario tras el descanso volvió a tener la sentencia el Levante. La más clara. Penalti sobre Morales que es derribado por Moreno. Roger pide el balón pero Roberto le gana la guerra psicológica y le detiene el lanzamiento adivinando su estirada a la derecha. A raíz de esto el líder fue poco a poco viniéndose abajo, cediendo terreno, y el Mirandés creciendo hasta el punto de hacer saltar la sorpresa con el empate de Sangali. Guarrotxena sentaba a Saveljich y su compañero le ganaba la posición a Chema para cruzar el balón al palo contrario de donde estaba Raúl.

Quedaban 25 minutos, todo un mundo por delante, y la sensación era más que si los de Alfaro pinchaban al líder lo podían acabar tumbando. Muñiz se la jugaba sentando al propio Saveljich que había entrado desde el banquillo (se enfadó el argentino y poniendo a Morales de lateral, pero el equipo estaba pesado y le costaba generar. Solo un cabezazo de Casadesús por encima del larguero se podía anotar en el apartado de ocasiones. El duelo languidecía y los granotas decidieron empujar con más corazón que otra cosa y en el tiempo añadido llegó la jugada clave: penalti sobre Roger. El pistolero no se escondió. Era su responsabilidad. Y esta vez no falló. Dejó clavado a Roberto y el balón a la red.

Todavía quedaba un par de minutos de los cinco de añadidos y el partido aún le guardaba su último suspiro a un Mirandés que estrelló el balón en el palo justo antes de que el colegiado señalara el final del encuentro. La imagen de los jugadores de Alfaro, derrotados en el suelo, algunos incluso con lágrimas en los ojos, lo dice todo. Demasiado castigo quizá para tanto esfuerzo. Pero el líder lo es por algo y, al final, por lo civil o por lo criminal los tres puntos se quedaron en casa.