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ESPANYOL | LA INTRAHISTORIA

"Menos mal que Javi jubiló el Passat, ya no iba ni cuesta abajo"

Brachi fue compañero de fatigas de Javi López desde cadetes, y juntos llegaron al Espanyol en 2007. Así relata para AS esos primeras vivencias en Barcelona.

"Menos mal que Javi jubiló el Passat, ya no iba ni cuesta abajo"
Carlos MiraDIARIO AS

La historia de Javi López no se entiende sin su inseparable Álvaro Brachi, su mejor amigo en el fútbol. “Nos conocemos desde cadetes, cuando coincidimos en el Betis B. Javi vivía en una residencia con otros compañeros. Disfrutamos de muchas anécdotas, pero mejor no explicarlas. Digamos que… lo pasamos bien”.

Coincidencias de la vida, en 2007 el Espanyol se fijo en ambos para su filial. “Yo viajé con mi Ford Mondeo y él con su Passat. Quedamos en una gasolinera de Osuna. Veíamos un cartel de Barcelona y sacábamos la mano por la ventana. Menos mal que jubiló el Passat, no iba ni cuesta abajo”.

"Un taxi nos embistió"

Pero al llegar a Barcelona hubo algún contratiempo. “El primer día fuimos con mi coche al entrenamiento. También estaba Kiko Casilla. Al pasar un semáforo, un taxi nos embistió.  Menos mal que Dani Ballart nos ayudó”, comentó. No fue Javi López un tipo con suerte. “Viviamos en un piso al lado de La Maquinista, en la calle Habana. Nos sorteábamos quién se quedaba la mejor habitación. Javi siempre perdía”.

Pero el capitán es capaz de sobreponerse. “Rubi fue nuestro primer técnico y nos ayudó mucho. Javi López se identificó desde el primer día con el club. Los problemas del club son los suyos”, relata Brachi, que destaca que su amigo de costumbres: “Desayunaba su zumo de naranja, su pan con aceite de oliva...”.