Neymar, descomunal ante Paraguay, honra el ’10’ de Brasil
El jugador del Barça cuajó un gran partido. Falló un penalti, se recuperó y marcó un gol. Más tarde le anularon otro tanto por fuera de juego.
Pocas camisetas en el mundo pesan más que la verde amarelha con el número ’10’ a la espalda. Un dorsal reservado a los elegidos, mítico y que tiene el mismo poder para encumbrar que para enterrar carreras. Neymar hace tiempo que ha demostrado que esa camiseta, que ante Paraguay volvió a unirse al brazalete de capitán de la selección que más veces ha ganado un mundial, tiene hoy un dueño a la altura de los mejores que la vistieron. Neymar es un ’10’ de Brasil que honra a los mejores que la llevaron. No es poca cosa.
Ante Paraguay, Neymar hizo todo lo que se espera de un líder descomunal. Se pasó 20 minutos recibiendo palos y no se acobardó. Cuatro faltas feas en 22 minutos recibió el delantero del Barcelona. Y ni por esas le sacaron del partido. Lleva recibidas Neymar 60 faltas en los últimos cuatro partidos clasificatorios de las fases sudamericanas. Y sigue sin dimitir de sus obligaciones ni un minuto. En el Barça, por si les sirve el dato, ha recibido 153 en 35 partidos.
Tras aguantar todas las tarascadas posibles, Neymar buscó socios e hizo mejores a sus compañeros, que es lo que se espera del líder de Brasil. Y encontró dos extraordinarios: Uno es Marcelo, con el que se entiende de maravilla y con el que forma una sociedad que únicamente podrá verse con la Seleçao. El otro se llama Coutinho. Y Neymar ya no sabe como decir más claro que le quiere a su lado. El Barça debería tomar nota.
Si la primera parte de Neymar fue espectacular, la segunda fue de museo. Forzó un penalti tras una jugada de cine que el mismo lanzó con esa paradinha que alarga el tormento de rivales y compañeros y que, en el fondo, telegrafía el fallo. A media carrera, todo el estadio sabía que ese disparo no iba a acabar en gol, pero Neymar no se hundió tras el error. Se lo tomó como una concesión a la estética. Un reto más. Ejerció de ’10’ con todas las consecuencias y Paraguay vivió un tormento a partir de ese fallo.
Tras errar el penalti que había provocado con una jugada espectacular, marcó un segundo gol dos minutos más tarde todavía más bonito arrancando desde su campo y dejando sentados a todos los defensas que le salieron al paso en una jugada de los extremos que ya sólo se encuentran en filmaciones en blanco y negro. En ese momento, Neymar fue Mathews, Garrincha y Gento.
Poco después, marcó otro tanto que fue anulado por fuera de juego. Cualquiera, hubiera dado por buena la exhibición realizada y se hubiera pasado los últimos minutos contemporizando y celebrando el pase al Mundial de Rusia, pero un ’10’ de Brasil se exige siempre más.
Neymar no paró, volvió a retar a los defensas, le volvieron a pegar, volvió a dar espectáculo.
Brasil ya está en Rusia, Neymar, camino de la leyenda.
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