China no funciona: casi fuera del Mundial a falta de tres jornadas

El sueño de China de convertirse en una potencia mundial del fútbol ha sufrido otro frenazo. La selección de Marcelo Lippi perdió 1-0 con Irán, el equipo de Queiroz, y dice prácticamente adiós a las posibilidades de ir al Mundial de Rusia 2018. Los números son muy claros: a falta de tres jornadas, está quinta de su grupo, a ocho puntos de la clasificación y a siete del tercero, que va a una repesca. No imposible, pero casi. 

El proyecto de China era ambicioso y por eso contrató a Lippi, campeón del Mundo con Italia en 2006 y al que ofreció un salario de 23 millones de euros al año, el segundo técnico que más dinero gana tras Mourinho. Fue en octubre del año pasado, cuando empezó a fraguarse el fracaso chino: derrotas ante Siria (0-1) y ante Uzbekistán (2-0). Especialmente dura fue la primera, en casa (en la ciudad de Xi'an), que acabó con protestas a la puerta del estadio y duras críticas a Cai Zhenhua, presidente de la Federación.

La inversión en deporte es muy fuerte, comandada por el presidente de la República, Xi Jinping, pero los resultados de la selección son desastrosos. China es la selección número 86 del ránking FIFA, la novena entre las asiáticas. Por ello, la afición no tiene claro que sea buena idea intentar organizar un Mundial. La Superliga sí que está creciendo con la llegada de estrellas, pero el nivel de la selección está totalmente estancado. La creación de escuelas y la protección del futbolista nacional en la Superliga son algunos de los métodos llevados a cabo pero, por lo pronto, China no estará salvo sorpresa en el próximo Mundial, cita a la que sólo acudió en el año 2002, en Corea del Sur y Japón, con Bora Milutinovic.