-Siete semanas después de que acabara la Copa de África regresa a España, ¿qué ha pasado? -Llegamos a Accra (Ghana) y nos instalaron en el Alisa Hotel, donde ya estuvimos durante la primera Copa de África de 2014. Al acabar la edición de este año, los jugadores se marcharon a sus respectivos equipos y los integrantes del staff nos quedamos más tiempo por unas deudas. El preparador físico, el inglés Jamie Lawrence, estuvo tres semanas y quería estar más tiempo para garantizarse el pago, pero por un tema familiar muy grave tuvo que irse a su país. Me quedé solo luchando para que la Federación me pagase lo acordado.
-¿Qué le adeudaban: primas o salario? -El concepto bonus y salario allí es lo mismo. Compensan al equipo según el rendimiento y la retribución aumenta cuando vas superando fases. Ese es el criterio de Ghana. En otras selecciones, hay un sueldo mínimo y otra parte de bonus. En este caso nadie, salvo el seleccionador Avram Grant, tenía contrato. Es difícil de entender que una selección de ese nivel no tenga contratos escritos, sólo acuerdos verbales. Lo aceptamos, aunque no lo queríamos. En la primera Copa de África fue así y respetaron los pagos y pensamos que sería igual esta vez, pero el tiempo de espera ha sido exagerado.
-¿De quién dependía el pago? -Existe un Ministerio de Deportes y Juventud, pero con quien tratamos y acordamos las cosas fue con la Federación. Es verdad que ellos reciben gran parte de su presupuesto del Ministerio, pero también tienen otros ingresos de patrocinadores privados, la FIFA, la CAF…
-¿Qué le decían? ¿Que no se moviera del hotel? -Ellos querían que me fuera del hotel, pero yo no. ‘Si te vas, olvídate del dinero’. Así me lo decía gente que me tenía cariño. Me debían partidos de clasificación de esta Copa de África disputados en 2015 por lo que mi idea era irme con el pago o al menos con una parte y una carta con el apoyo de la FIFA que me asegurara el cobro en un período de tiempo razonablemente corto.
-¿Cuáles eran sus argumentos para esa demora? -Que el Ministerio no les había pagado, que no tenían el premio por el cuarto puesto, que no entraba dinero… El famoso tomorrow, tomorrow (mañana, mañana). Así los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Dentro de la propia Federación había gente que pensaba: id al banco, pedid un préstamo para pagarle y luego cuando entre el dinero se cancela.
-¿Y la Embajada de España en Ghana? -Contacté con ellos para que supiesen que un ciudadano español estaba allí y para que fueran conocedores de la situación, por si también me podían ayudar. Estuve dos o tres veces allí. No tener un contrato escrito no me favorecía, lo cual es obvio. Me pidieron más documentación para respaldar mi explicación y hacer gestiones.
-¿Cómo era un día en su vida? -Me organizaba el día a día para hacer cosas productivas. Me levantaba, hacía deporte, leía, echaba un vistazo a la Prensa deportiva, veía la Champions, Primera, Segunda… He visto todos los partidos del Rayo.
-¿La gente del hotel conocía su situación? -Todos lo sabían. Por desgracia el tema ha sido bastante mediático y todo el mundo era conocedor del mismo. La gente de recepción, los camareros… los trabajadores en general eran como una familia prácticamente.
-¿Cómo se ha sentido estos 50 días en Accra? -Sentí impotencia, frustración. Sólo depende de ti seguir luchando o irte y no cobrar. No dudo de ellos, dudo del sistema.
-¿Se arrepiente de esta experiencia? -No. Los problemas hay que superarlos. Si en una situación así tiro la toalla… ¿qué mensaje daría a mis jugadores? Hay que luchar siempre hasta el final. Es la actitud correcta también en la vida.
-¿Se solucionó lo de Jamie Lawrence? -El día que se marchó de urgencia a Londres le dieron parte del dinero y le tenían que mandar una carta que extrañamente no llegó. No sé qué hará, pero le deben incluso más que a mí.
-¿Y con Avram Grant hay alguna deuda? -Me consta que sí, pero él tiene otros mecanismos al tener un contrato más formal. No le ha pagado todo. Él ya no va a seguir al frente de la selección de Ghana y eso influye.
-¿Qué recuerdos se lleva de la Copa de África 2017? -Deportivamente hablando mi sensación es que pudimos hacer más. Llegar a semifinales es un éxito, pero hemos demostrado un buen nivel. Ghana es una de las potencias del fútbol africano y una máquina de fabricar talento. Tarde o temprano conseguirá la Copa de África.
-¿Cómo ha visto al Rayo? -Se ve a Míchel con mucha ilusión y ganas. Todos somos importantes, pero al final quien pone al equipo en la situación que debe estar es el jugador. El técnico no para los remates ni marca goles. Este grupo tiene talento para sacar esta situación difícil. A veces un cambio puede reactivar a un equipo, pero a menudo se protege demasiado al futbolista.
-¿Se salvará? -Sí, lo tengo clarísimo desde el primer día. No lo he dudado en ningún momento.