Tamudo, 20 años después: "Mi vida cambió en un solo día"
El 23 de marzo de 1997, debutó y marcó su primer gol con el Espanyol. Lo recuerdan para AS el propio Tamudo, Paco Flores, Josep Manel Casanova y Marí, su primera víctimaBetis - Espanyol: LaLiga Santander, jornada 29
Más de un perico, y de mil, se habrá preguntado alguna vez qué hubiera sido del Espanyol sin la figura de Raúl Tamudo. Dos Copas del Rey, una final de la Copa UEFA, el ‘Tamudazo’... Seguramente, nada hubiera sido igual sin aquel 23 de marzo de 1997, del que este jueves se cumplen 20 años, en que debutó en Primera. Y con gol. El primero de la larga lista que le convertirían en máximo goleador catalán de la historia.
“Mi vida cambió en un día, ahora hace 20 años”, resuelve a AS el propio Tamudo. Su vida, y la del club perico, claro. “Me pusieron a calentar y me llamaron, porque entraba. No me lo creía. Y era todo nervios”, admite. Era el minuto 57 del Hércules-Espanyol, en el Rico Pérez, y perdían los pericos por 1-0, en el segundo partido en el banquillo de Paco Flores y en plena lucha por la permanencia. Una decisión arriesgada. ¿O no?
“Yo tenía más confianza en Raúl que él mismo”, asegura el entrenador, que ya había dirigido a aquel chaval de 19 años en el filial. “Sabía que podía darnos velocidad arriba y ocasiones de gol, que era algo de lo que el equipo estaba adoleciendo”. Y vaya si funcionó.
Pero vayamos un poco más atrás en el tiempo. Al día anterior, para ser concretos. En casa de los Tamudo Montero suena el teléfono. Al otro lado del hilo, Josep Manel Casanova: “Raúl, tienes que venir a Sarrià, porque estás convocado”. “Me alteré muchísimo, pero para bien”, rememora Tamudo. “Era una alegría inmensa, para mí y sobre todo por toda mi familia”, resalta.
“Convocar a Raúl, en el fondo, era sensato. Paco y yo siempre habíamos confiado en él, así que ¿qué podía salir mal?”, se pregunta retóricamente Casanova, quien persiguió durante un año a Tamudo, en infantiles, para que fichara por el Espanyol. “Hasta que un día fuimos a comer a Santa Coloma”, puntualiza, como si fuera hoy. “El debut salió redondo. La vida se decide en momentos y elecciones importantes, como lo fue aquella”, zanja Casanova.
“Al equipo le faltaba chispa y Raúl nos daba calidad e ilusión”, apostilla Flores. La calidad que no acabó de brotarle en un primer mano a mano ante Miguel Marí. “Creí, tras fallar aquella ocasión, que ya no volvería a jugar en Primera”, desvela, aliviado, Tamudo.
El portero del Hércules tampoco olvida la acción. Tras recibir en el minuto 76 el 1-1, de Luis Cembranos, en el 89’ se plantaba ante él, a pase de Jordi Lardín, aquel joven con el dorsal 29. “Me quedé a media salida y me hizo una vaselina. Fui su primera víctima de muchas”, bromea Marí. “Y eso que entré accidentalmente, por la expulsión de Rufai”, puntualiza, a AS.
“Yo solo le di la salida”, reflexiona Flores. “Él debutó y definió como lo que después demostraría ser: un crack”, sentencia. “De no haber marcado aquel gol, no sé cómo me hubiera ido”, medita Tamudo. Mejor no darle vueltas y disfrutar de los 20 años, como en el tango.