Un portero brasileño, condenado a prisión, aspira a la Canarinha
El portero Bruno Fernandes, excapitán del Flamengo, fue condenado a 22 años de prisión por el asesinato de su exnovia, aunque disfruta actualmente de libertad condicional.
El portero Bruno Fernandes, excapitán del Flamengo y condenado a 22 años de prisión por el asesinato de su exnovia pero que disfruta actualmente de libertad condicional, ha dicho que no descarta jugar algún día con la selección brasileña.
"Voy a dar aquí lo mejor que tengo. Voy a dedicarme. Y voy a dejar que eso se produzca naturalmente", afirmó el futbolista, de 32 años, en la rueda de prensa que concedió este martes al ser presentado como nuevo jugador del club Boa Esporte y al ser interrogado sobre si, en libertad condicional, aún sueña con vestir la camisa de la Canarinha.
Bruno fue condenado en 2013 a 22 años y tres meses de prisión por el asesinato y ocultación del cadáver de su amante, aunque salió de la prisión beneficiado por un recurso judicial el pasado 24 de febrero y el último viernes fue anunciado como nuevo guardameta del Boa Esporte, un club de la segunda división brasileña.
Antes de su arresto en 2010 y en su auge como campeón brasileño de 2009 con el Flamengo, su nombre era citado por la prensa como uno de los posibles convocados por la selección brasileña para el Mundial de Brasil 2014.
Su contratación como jugador del Boa Esporte tras seis años en prisión ha generado una fuerte polémica, motivado protestas de grupos que combaten el feminicidio y hasta llevó a cinco de los patrocinadores del equipo a retirarle su apoyo al club de la ciudad de Varginha, en el suroriental estado de Minas Gerais.
Por esa razón, la rueda de prensa en la que fue presentado como refuerzo del Boa Esporte fue convocada a toda prisa y condicionada a que nadie hiciera preguntas sobre el pasado del futbolista.
Bruno admitió que sabe que será exigido más que cualquier otro jugador.
"La responsabilidad será grande. Si fallo, van a reclamarme. Si me va bien, también me reclamarán. Dios va a guiar mis pasos. Tengo que confiar en mí", afirmó el portero al agradecer la oportunidad que recibió de regresar al fútbol pese a su situación.
"Estoy muy feliz con esta oportunidad. Me estoy preparando hace años. Las personas se alejan de mí por lo que ocurrió en el pasado, pero el Boa Esporte me está abriendo las puertas", agregó.
En la misma rueda de prensa el presidente del Boa Esporte, Rone Moraes, dijo que no se arrepiente del contrato por dos años que le ofreció al jugador pese a la pérdida de patrocinadores y a las protestas de hinchas del club.
El guardameta fue detenido en agosto de 2010, cuando defendía el Flamengo, el club más popular de Brasil, después de ser apuntado por la policía como principal sospechoso del asesinato de la modelo Eliza Samudio, con quien tuvo un hijo.
Samudio, que reclamaba del futbolista el pago de una pensión para su hijo, desapareció en 2010, a los 25 años, y fue considerada muerta, aunque su cuerpo nunca fue encontrado, en un caso que conmocionó Brasil.
En 2013 Bruno fue condenado por homicidio y ocultación de cadáver y permaneció en la cárcel hasta el 24 de febrero pasado, cuando dejó la prisión con la autorización del magistrado de la Corte Suprema Marco Aurélio Mello.
El magistrado alegó que el jugador estaba preso desde hacía seis años y siete meses y sin que hubiera sido condenado en segunda instancia, por lo que podía ser liberado y recurrir en libertad a la sentencia.