El Oporto se gusta con el colista y llega lanzado a la Champions
El Oporto tardó en abrir el marcador, pero una vez que materializó su superioridad el Tondela se vino abajo. Los Dragones duermen líderes y ya piensan en la Juventus.
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El regreso de la Champions no puede llegar en mejor momento para el Oporto. Los Dragones han recortado la diferencia que tenían con el Benfica y han encontrado a un nuevo ídolo: Tiquinho Soares. Con esa conjunción los de Nuno quieren alargar su estado de felicidad ante la Juventus, aunque saben que eso será harina de otro costal. Ante el Tondela el técnico portugués aprovechó para incluir rotaciones, pese a ello su superioridad fue manifiesta. El Oporto tardó en abrir la lata, pero el colista demostró porque ocupa el farillo rojo. No inquietó a Casillas y cometió errores atrás.
El Oporto fue el dueño del balón desde el inicio. El Tondela se limitaba a tapar huecos y aguantar el chaparrón. Su única vía de escape eran las contras, que no surtieron demasiado efecto. La única un disparo cruzado que repelió bien Casillas. Fuera de ahí los primeros 45 minutos se convirtieron en un monólogo. Dominio y ocasiones, pero el gol no llegó hasta que faltaban dos minutos para el descanso. Ahí apareció la magia de Tiquinho Soares.
El brasileño recibió en el área, fue arrollado y el árbitro no dudó en decretar el penalti. André Silva no se puso nervioso y envió el balón al fondo de las mallas. El partido se ponía más de cara todavía, y aun quedaba otra sorpresa: la expulsión de Osorio por doble amarilla. Por delante en el marcador y contra uno más, el partido estaba resuelto.
El Tondela desapareció en la segunda parte
Así fue. Con más espacios el Oporto se encontraba más cómodo y la estrella de Soares cada vez lucía más fuerte. Neves fue el encargado ampliar la diferencia. El mediocentro robó en la salida del balón, encontró el hueco y sacó un disparo seco en el que poco pudo hacer Ramos. El trabajo estaba hecho, sólo faltaba la guinda. Tiquinho Soares fue el encargado de ponerla, no quería faltar a su cita con el gol (llegaba con tres goles en dos partidos). El brasileño recibió en la banda zurda, encaró y cuando el portero salió cruzó el balón al palo largo para poner al 3-0.
El público del Dragao estalló en júbilo. La sentencia caía en el 63 y Nuno quiso arriesgar más. Triple cambio, Soares incluido, el trabajo estaba hecho y era tiempo de descansar para lo que viene el miércoles. El Oporto bajó el ritmo, pero el Todense ya había entregado la cuchara hacía mucho. Menos cadencia no significó que desaparecieran las ocasiones. La tuvieron Oliver Torres y André Silva, pero fue Diogo Jota el que completó la goleada con un tremendo zarpazo tras un rechace. 4-0 en el descuento y otra victoria más. El Oporto llega líder, pero sobre todo lo hace de dulce en el momento más importante del año.
