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LEGANÉS

El día que Szymanowski fue recogepelotas en el Calderón

El extremo del Leganés jugó dos años en la Escuela del Atlético. Fue recogepelotas en un Colombia-Ecuador. En 2009 se coló en el Calderón para ver un Atlético-Barça.

Szymanowski, en un partido del Leganés contra el Celta.
DANI SANCHEZDIARIO AS

Atlético - Leganés en directo

El corazón de Szymanowski tiene un pedazo bien grande teñido de rojiblanco. No siempre fue así. Cuando aterrizó en España, allá por 2000, latía con ritmos merengues. En Buenos Aires Seedorf era su ídolo. Por eso no lo dudó y se lanzó a hacer las pruebas en las inferiores del Madrid. Las pasó, pero, aún sin papeles, jamás debutó. Sólo pudo entrenar. Seis meses más tarde, dejó la casa blanca. El siguiente año no compitió en ningún equipo. Se dedicó a gambetar con su hermana Marianela (ahora en el Valencia) por las calles de la ciudad.

El verano de 2002 unos amigos que vivían cerca de Pirámides lo apuntaron a las pruebas de la Escuela del Atlético. Sólo necesitó 45 minutos de partidillo en las instalaciones de Orcasitas para que sus responsables lo ficharan. Jugaría en “el equipo malo” de la cantera, como entonces llamaba el joven Alexander (14 años) a aquella escuela. No le daban ni las equipaciones. Tenía que pagarlas. Al menos le sirvió para ser un día recogepelotas en el Calderón. Un amistoso entre Colombia y Ecuador. Para esos partidos los llamaban a ellos, los niños de la Escuela. Para los que jugaba el Atleti llamaban a los otros.

Fue indio dos temporadas. Las dos de cadete. En la última, gente de la cantera del Atlético le prometió que lo llamarían para el juvenil “del equipo bueno”, el que entrenaba en el Cerro del Espino. El teléfono jamás sonó. Szymanowski se marchó, pero el Atlético siempre estuvo ahí. Vivía cerca del Calderón y cuando podía, devoraba en sus gradas algún partido. Aunque fuera colándose, como en un Atlético-Barça de marzo de 2009 en el que un portero les metió de rondón a él y Marianela. Sólo asistieron a la segunda parte. Fue histórica. El Atleti remontó un 1-3 al ‘Pep Team’ hasta ganar 4-3.

Aquel verano la propia Marianela pintó las últimas franjas rojiblancas en el corazón de Szymanowski cuando firmo por el filial del equipo femenino. Lola Romero, la presidenta, la captó tras quedar maravillada de su juego en un torneo de fútbol sala. La hermana del máximo artillero pepinero militó dos cursos en el Atléti, el último, en el primer equipo. Hoy verá a Alexander centellear sobre el césped que ambos tantas veces admiraron como espectadores. Es la magia del fútbol. Como reza el lema que ambos esgrimen, ‘de los escombros al cielo’.