Un gol de Pione Sisto sobre la bocina da otra victoria al Celta
Los gallegos dominaron ante un Valencia sin garra. Rossi adelantó a los locales, Araujo empató y Sisto en el descuento dejó la victoria en Vigo. El Celta estará en los cuartos.
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Pione Sisto no entiende de partidos de trámite. En el intranscendente duelo de ayer, fue el único que se lo tomó en serio. El resto de compañeros de profesión prefirieron mirar para otro lado, y por eso la primera parte fue un auténtico esperpento. En la grada se vieron muchos bostezos y sobre el césped demasiada pasividad. Hubo alguna que otra ocasión, pero no existía continuidad en el juego. La segunda mitad estuvo algo más decente, sobre todo a raíz del primer tanto. Rossi sacó a relucir su calidad a la hora de partido. Hasta ese momento había estado fuera de combate, pero un disparo con la diestra desde la frontal del área inauguró el marcador. Minutos después estuvo a punto de culminar una gran jugada personal, pero falló ante Domènech tras dejar atrás a Mangala y Jiménez. Ahí acabó todo su bagaje. Necesita ofrecer mucho más para ganarse un sitio en el equipo de Berizzo.
El Valencia respondió de forma inmediata al golpe de Rossi, aunque el mayor mérito del tanto es de Cabral. Su grosero error fue producto del despiste. El argentino se descentró de tal manera que llegó a confundir el naranja con el azul celeste y le entregó el balón a Fede Cartabia, quien asistió a Vinicius para que le ganara la batalla a Sergio en el mano a mano.
Seguro que muchos aficionados abandonaron el estadio antes de tiempo. Es entendible que gran parte del público eligiera evitar el atasco y retirarse antes a casa, pues la tarde no invitaba a otra cosa. Sin embargo, se perdieron lo mejor del día. Pione Sisto dignificó su profesión, dignificó el partido. Se tomó el partido en serio desde el primer minuto, empeñado en hacerle ver a Berizzo que está equivocado con su suplencia. Siempre ofreció una solución al atascado ataque celeste, a pesar de la falta de compañía en su misión.
Golazo. La obra de arte de Pione Sisto tuvo su inicio en la banda, donde el danés se siente como en el sofá de su casa. Desde ahí empezó su eslalon infinito, hasta que Parejo dijo basta y decidió pararlo con falta. El tiro libre era un caramelo para grandes especialistas como Wass o Marcelo Díaz, pero Sisto se empeñó en asumir la responsabilidad y no defraudó. Superó la barrera e hizo imposible la estirada de Domènech. Ahí quedó claro que al Celta le sale todo y al Valencia absolutamente nada. Vigo espera al sorteo de Copa con ilusión. Sueñan con la Copa.