Voro se enfrenta al reto más difícil en el banquillo che
Es la quinta vez que asume el cargo y estará hasta junio. Santos recayó ayer de sus molestias y el técnico no tiene ningún central sano.
Salvador González Voro es el último clavo ardiendo al que se agarra el valencianismo. La sorpresiva dimisión de Prandelli le ha vuelto a poner en primera línea, por quinta vez en su vida y por segunda esta temporada. Pero esta vez es distinto. Voro acude a pecho descubierto para reflotar un barco que navega a la deriva. El equipo tiene los mismos puntos que los que ahora mismo descenderían; viene de hacer el peor año natural de toda su historia (sólo sumó 34 puntos en 2016); el vestuario está fragmentado; y la propiedad atraviesa el momento más delicado desde que aterrizó en la capital del Turia. Y además, García Pitarch le nombró entrenador hasta final de temporada pese a que Voro siempre ha dicho que prefería seguir en su puesto de delegado.
Será su quinto reto al frente del banquillo y el más complicado. De todas ellas, sólo se asemeja a su primera experiencia, en 2008, cuando el equipo corrió el riesgo de bajar a Segunda. Tras el cese de Koeman, el Valencia, con Voro, ganó cuatro de los últimos cinco partidos y se quedó en Primera. Las otras tres veces Voro asumió el cargo de forma interina, tras las destituciones de Pellegrino, Nuno y Ayestarán, ésta última el pasado mes de septiembre. Siempre lo hizo con éxito. De hecho, es el entrenador con mayor porcentaje de victorias de la historia che: ha ganado ocho partidos (72,73%), ha empatado uno y ha perdido sólo dos partidos de los 11 que ha dirigido.
Pero esta vez el reto será mayúsculo, empezando por el próximo martes, ante el Celta, en Copa del Rey. Para empezar, ayer se quedó sin el único central que tenía sano. Aderlan Santos se resintió de sus molestias musculares y se une en la enfermería a Garay y Mangala. Abdennour está con Túnez para jugar la Copa de África. Y Gayà también cayó lesionado del hombro en el entrenamiento del día de Nochevieja.
Parejo. A todo esto, Voro hereda heridas sin cicatrizar. Habrá que ver qué hace con Parejo, después del famoso vídeo en el que aparecía ebrio en una fiesta nocturna. De hecho, Prandelli no estaba contando con él en la dinámica de entrenamientos. El madrileño participaba en los ejercicios con los suplentes y canteranos aunque este castigo del italiano quedó en nada con su dimisión. Podría ser traspasado.