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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 25 DE DICIEMBRE

Hay fútbol entre las trincheras (1914)

Hay fútbol entre las trincheras
(1914)

También en Navidad ha habido fútbol. En Navidad recibió el Madrid a los comunistas del Partizan de Belgrado, nada menos, en 1955, en la primera Copa de Europa, para ganarles 4-0. (A la vuelta las pasó canutas, sobre la nieve de Belgrado, véase el dia 29 de enero). En Navidad jugaba el Barça, durante muchos años, un partido matinal, con el propósito, que entonces se veía loable pero que hoy sería indefendible, de que el padre se llevara a los hijos mientras la madre preparaba tranquila la comidad de Navidad. Eran partidos en los que invitaba a equipos extranjeros y de gran atractivo en tiempos en que apenas se veía otro fútbol que el propio.

Pero los más célebres partidos en este día se disputaron en 1914, en plena Primera Guerra Mundial, entre las líneas de trincheras que separaban a las tropas inglesas de las alemanas. La feroz guerra tuvo una tregua navideña, según se fue sabiendo después por las cartas que enviaron los soldados de uno y otro bando a sus casas. En la noche del 24, en las trincheras de los alemanes se escucharon algunos villancicos cantados por los combatientes, singularmente el más bello de todos, Noche de paz. En respuesta, también se cantaron villancicos desde las trincheras inglesas. La sorpresa, según describió un brigada escocés en carta a su casa, fue que a la mañana siguiente aparecieron, desarmados, andando por la tierra de nadie, soldados alemanes portando cajas de cigarrillos y algunos regalos. «¿Qué hacer? —se preguntaba el brigada en la carta—. ¿Dispararles? No se puede disparar a hombres desarmados.» Los soldados intercambiaron regalos y concertaron un partido de fútbol para festejar el encuentro y la Navidad.

Lo mismo ocurrió en varias zonas del frente, según testimonio de un reportero del Manchester Guardian, que en su crónica publicada el día 26 describe cómo «cada acre de terreno útil para el juego existente entre las dos líneas de trincheras fue ocupado por el fútbol». El día de Año Nuevo, un mayor del ejército inglés explica que el día de Navidad su regimiento, de nombre Saxons, jugó un partido contra un regimiento alemán, al que habría vencido por 3-2. El mismo día, otro oficial británico explica cómo rechazó la idea del partido, porque en su zona de operaciones el terreno entre ambas trincheras estaba demasiado roturado por los cañonazos y no había manera de encontrar un espacio suficiente para ello. Multitud de muchachos escribieron con emoción a sus casas sobre los hechos de ese singular día de Navidad. Uno de los relatos explica que en su partido había un trofeo en disputa, una liebre, que ganaría el equipo alemán.

Luego volverían los tiros. Aquella fue una guerra terrible que duró casi cuatro años más y dejó espantada a la humanidad. Pero el fútbol había sustituido por un día a las balas. La lástima fue que para el año siguiente la oficialidad de uno y otro lado de las trincheras tomó las disposiciones oportunas para que tal cosa no se repitiera, de manera que aquello quedó circunscrito a la Navidad de 1914.