Primer plato con chile: hay videoárbitro y falta Ramos
Zidane podría recurrir a Kovacic en lugar de Casemiro. El América resucitó con el cambio en el banquillo: lleva 16 encuentros sin perder.
Real Madrid-América en directo
Para el campeón de Europa, el Mundial de Clubes viene a ser la paga navideña por la conquista de la Champions. Bastan dos partidos, ante adversarios de menor cuantía, para pasear durante un año la medalla FIFA que reconoce al mejor equipo del planeta. Pero no siempre se cumple el plan. Y el Madrid llega sobre aviso, porque en la víspera se precipitó al vacío el Nacional de Medellín, de largo el mejor equipo de Sudamérica, al que aguardaba en la final, y porque el América, su rival de hoy, reina desde siempre en la CONCACAF. Nadie en la región ni en México tiene más títulos que él. Es el club más popular de un país de 127 millones de habitantes y opone una racha de dieciséis encuentros sin derrota.
Un éxito que responde, como tantas veces en el fútbol, a la ilógica. Su presidente, el exfutbolista Peláez, despidió al entrenador, Ambriz, en septiembre, con el equipo sexto en la tabla. Pretendió a Javier Aguirre, pero estaba comprometido con el Al-Wahda de los Emiratos Árabes. Y acabó en La Volpe, exportero (suplente) de la Argentina campeona del 78, que se veía en el paro después de una larguísima carrera como entrenador en México y Argentina. Un sabio de otro tiempo se pensó.
Firmó hasta final de año y le dio la vuelta al equipo, con mejores resultados que juego, apartándose, en cierto modo, del estilo que siempre le distinguió. Renunció a la posesión y al juego posicional, le metió acero al equipo y lo encogió en apenas 30 metros para restarle espacio al adversario. Fue una quimioterapia. Un tratamiento duro, pero efectivo.
Peralta y Romero
La Volpe, el Bigotón, lleva décadas memorizando al Madrid. Es capaz de recitar el once de los tiempos de la Quinta y la alineación del Madrid ante el Deportivo. “Es un 50% de Atlético y un 50% de Barça. No queda tan mal parado ante las pérdidas como los de Luis Enrique y ataca mejor que los de Simeone”. Parecerse al Atlético es su plan: “Es el que más ha incomodado al Madrid en los últimos tiempos”. Peralta, aquel héroe que con sus dos goles le quitó el título olímpico a Brasil en 2012, y el argentino Romero son sus flechas contra el tanque. Evitará el saludo a Zidane, porque trae mala suerte, y se pondrá una corbata con dragones por lo contrario. Es energía positiva, no superstición, dice.
Zidane no tendrá a Ramos, que es salir sin clavo ardiendo, pero compondrá un equipo cercano al de gala, con Nacho, porque Pepe está tocado, y quizá con Kovacic, inédito en los dos últimos partidos. Pinta que le reservó para esta cita, visto que Casemiro no ha regresado como se fue. Llegan descansados Cristiano, Benzema, Modric, Carvajal y Marcelo, a los que arriesgadamente se guardó frente al Deportivo, y quedan para una emergencia Isco y James. Y todo servido con la guarnición del videoárbitro, que se ha estrenado con un enredo mayúsculo. La guindilla que le faltaba al fútbol: el rebobinado.