Se le ha adelantado al Levante la famosa cuesta de enero. A los granotas les está llegando en diciembre. Y es que ya llevan un mes sin ganar. Desde Reus. Y les viene ahora una trilogía de partidos en apenas una semana para cerrar el año antes del parón que podría ser clave. Recuperar el crédito o cambiar lo del “pequeño bajón” para empezar a hablar de “crisis”. Al Tenerirfe, sin embargo, la cuesta es hacia abajo. Los de Martí suman seis jornadas sin perder y llegan a Orriols quizá en el mejor momento de dar un buen golpe encima de la mesa.
Pero no nos engañemos. El Levante sigue siendo el líder. Y en su campo todavía no ha ganado nadie. Lo preocupante para Muñiz podrían ser las bajas, que no son pocas. Para hoy se queda sin líder en la zaga y sin el pichichi. Es ahora cuando el resto debe dar un paso adelante. Algunos más que otros. El primero, Martins. El brasileño ha de demostrar que no es la gran esperanza si no una realidad. Su golito del otro día en Girona supone un buen subidón a priori. Toca reforzarlo. Además, su futuro está en juego.
Al otro lado del ring estará hoy un Tenerife que puede hacer mucho daño a los azulgrana con su gran velocidad arriba. Hablaba Muñiz de que los partidos los deciden los pequeños detalles y con los Suso, Cristo y Amhat hay que tener cuidado. Estos no entienden de detalles. Solo de mirar a la portería y devorar. Martí los tiene concienciados. Y por detrás han armado un bloque que se viene repitiendo en las últimas semanas y que ya lleva seis sin perder. No es broma. Ni fácil. Además, el factor ‘nervios’ juega a su favor. En Orriols no se tiran de los pelos pero andan algo preocupados. Hay partido. Hay batalla.
