366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 7 DE DICIEMBRE
El Ajax anuncia una nueva era (1966)
Real Madrid - Dortmund en directo
Para la edición de 1966-1967 la UEFA decidió cambiar el formato de la Copa de Europa, que hasta entonces tenía forma de ánfora romana. La sustituyó por «la orejona», como ahora la llamamos, más grande y espectacular. La copa antigua se le entregó al Madrid en propiedad, como reconocimiento a sus seis títulos ganados en las once primeras ediciones. ¿Empezaba una época nueva? Sí empezaba, pero ese no iba a ser el único cambio. Se estaba gestando en la capital de los Países Bajos el «fútbol total», el fútbol con el que el Ajax iba a revolucionar el panorama europeo.
Para entonces el fútbol holandés era poca cosa. Carne de goleada. Todavía el año anterior Puskás se había permitido el lujo de marcarle cuatro goles al Feyenoord. Un Puskás que había pasado ya de los treinta y ocho, que estaba gordísimo y que poco a poco iba cediendo el puesto de titular a los «yeyés». Aquella fue su última gran noche y todo el mundo lo atribuyó a la debilidad del rival, el campeón de Países Bajos. Así que cuando el año siguiente compareció el Ajax en la competición nadie le dio importancia. En su primera eliminatoria dejaría fuera al Besiktas de Turquía. Poca cosa. En la segunda se enfrentaba al Liverpool, el equipo campeón del país que acababa de ganar el Mundial, Inglaterra. Se le daba por muerto, a pesar de que se hablaba bien de un flaquito que jugaba en el centro del ataque, con el catorce, llamado Cruyff, o cosa parecida. A nadie le preocupaba que el Ajax marchara imbatido en su liga, con 57 goles en 14 partidos. Solo era la liga holandesa. Y al Liverpool le caracterizaba una gran seguridad defensiva.
Pero aquella noche se encontró con un vendaval. Los jugadores del Ajax, altos, delgados, melenudos y rapidísimos, aparecían por cualquier lado, en un equipo volcado al ataque, que mantenía el dibujo aunque cambiara frecuentemente a sus hombres de posición. Los goles fueron cayendo uno tras otro ante un estupefacto Bill Shankly. El Liverpool apenas pudo marcar el gol de la honrilla en el último minuto. El resultado fue 5-1. Europa quedó impresionada. Shankly aseguró que a la vuelta ganaría por 6-0. Más tarde explicaría en su biografía que lo había dicho totalmente en serio, que pensó que aquello solo había sido el fruto de una noche inspirada del rival y floja de los propios, y que con Anfield apretando eso no se produciría. Pero no ganó, ni por seis ni por uno. Empató a dos, con dos goles de Cruyff, que se doctoró esa noche ante la crítica europea. El Ajax no ganó esa Copa de Europa. Cayó en la siguiente ronda ante un formidable Dukla. Era un equipo todavía, en cierto modo, tierno. Pero se ganó un respeto y anunció que el fútbol empezaba a tomar otro camino. No mucho más tarde ganaría tres copas de Europa en serie, las de 1971, 1972 y 1973, precedidas, en 1970, de una precisamente del Feyenoord, el otro gran equipo de Países Bajos, donde se estaba incubando el mismo tipo de fútbol.