El Madrid buscará en Japón levantar su segundo Mundial de Clubes. El club blanco llega a la cita como indiscutible favorito, pero con la presión de no poder permitirse un error: todo lo que no sea regresar con el trofeo será considerado como un fracaso. Por nivel de plantilla, presupuesto y calidad, los de Zidane llegan a la cita con la obligación de la victoria.
Ancelotti marcó el camino hace dos temporadas, cuando el Madrid no dejó opción. Derrotó 4-0 al Cruz Azul en semifinales y 2-0 a San Lorenzo en la final. Aquellos dos triunfos fueron el broche de oro a una planificación que el técnico italiano enfocó para llegar al 100% al torneo (enlazaron la estratosférica racha de 22 victorias consecutivas). El club blanco combinó juego bonito y triunfos y, aunque 10 de los 11 titulares en aquella final siguen en el club (sólo falta Casillas), mucho ha cambiado desde entonces. En especial en el mediocampo. Kroos, Isco y James fueron titulares (Modric estaba lesionado) y el colombiano, que apenas llevaba unos meses en el club, maravillaba a todos con su fútbol. Nadie le discutía y la inversión de 80 millones que había realizado el Madrid parecía todo un acierto.
La situación ahora es bien distinta. Casemiro (en aquella campaña cedido en el Oporto al no tener hueco de blanco) es indiscutible en el medio, todo lo contrario que James. Tampoco Isco encuentra hueco en el once cuando no hay bajas. Kroos, que era duda por lesión, llegará finalmente a la cita. Kovacic y Asensio, novedades con respecto a aquella plantilla, son refuerzos de lujo para que la ausencia del alemán se note menos.
No será la única línea que ofrezca novedades. En la portería Keylor será fijo (en 2014 lo vio desde el banquillo), mientras que Casilla esperará como suplente. En la delantera, como entonces, sigue la 'innegociable' BBC, pero cambian sus recambios. Lucas Vázquez y Morata (que militaban en el Espanyol y la Juve) ponen toque español y canterano a un ataque temible.
La defensa se mantiene (fueron titulares Carvajal, Pepe, Ramos y Marcelo), aunque como recambio en el lateral derecho ya no estará Arbeloa (salió en la segunda mitad de la final) y sí Danilo.
Caras nuevas sobre el césped y también en el banquillo, pero mismo objetivo: el título. Zidane es especialista en eso, ya que ha ganado dos trofeos (Champions y Supercopa de Europa) de tres posibles (sólo perdió la pasada Liga, que ya estaba casi imposible cuando cogió al equipo). El francés quiere dar continuidad a su racha como técnico blanco y el Madrid levantar su segundo Mundial de Clubes.