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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 6 DE DICIEMBRE

Aparece el portero en el reglamento (1871)

Abel Resino, portero del Atlético de Madrid.

Las primeras reglas del fútbol no calibraron la necesidad de que algún jugador pudiera impedir que el balón entrara en la portería utilizando las manos. Fue la práctica del juego lo que iría aconsejando la creación de tal figura, que aparece por primera vez en 1871, cuando el fútbol apenas había salido de las islas, de forma que cuando se fue extendiendo por el resto del mundo el portero ya existía. Luego, poco a poco, se cuida más la portería, en la que se hace obligatorio el larguero a partir de 1875 (hasta entonces era usual colocar una cuerda a la altura establecida, ocho pies desde el suelo), y en 1891 hacen su aparición las redes como obligatorias para los partidos oficiales, a fin de acabar con discusiones cada vez más frecuentes. Al tiempo aparece el penalti, para las faltas graves cometidas dentro del área. Las funciones del portero se encontrarían abusivas a partir de que en 1878 se aprobara que pudiese jugar la pelota con las manos fuera del área, y en 1912 se establecen sus funciones como las conocemos ahora: solo puede jugar el balón con la mano dentro del área. Fuera de ella es un jugador más.

La especificidad del portero se convirtió pronto en uno de los encantos del fútbol. Su figura solitaria y paciente durante períodos de inactividad, de tanto contraste con sus reacciones rápidas y espectaculares cuando tenía que entrar en juego, hizo que pronto se les comparara con los felinos. El primero que alcanzó celebridad quizá fuera el escocés Gardner, que consiguió la capitanía de su selección en los setenta, pero ninguno fue nunca tan célebre como nuestro Ricardo Zamora, apodado «el Divino» en España o «Il Miracoloso» en Italia. Los porteros siempre han tenido a su favor que su carrera se puede alargar más, porque sufren menos que otros el paso de los años. De ahí que fuera un portero, el mexicano Carbajal, el primer jugador capaz de participar en cinco fases finales del mundo consecutivas. Carbajal estuvo presente con su país en Brasil-50, Suiza-54, Suecia- 58, Chile-62 e Inglaterra-66. Hasta ahora, solo uno, el ruso Yashin, ha ganado un Balón de Oro. Fue en 1963. Yashin mejoró el estilo de los porteros anteriores a él, saliendo más, adueñándose del área, inspirado, según confesó él mismo, por Sokolov, portero búlgaro al que había visto en su niñez, y en el que se fijó.

Un portero español, Abel Resino, que jugó en el Atlético de Madrid a caballo entre los ochenta y los noventa, tiene el récord de imbatibilidad del «fútbol grande», con 1275 minutos sin encajar un gol. La racha se produjo entre el minuto 30 de la doceava jornada de la liga 1990-1991, cuando le marcó un gol Claudio, del Mallorca (era el 25 de noviembre de 1990), hasta la jornada vigesimosexta (ya el 17 de marzo de 1991), cuando al borde del descanso le marcó un gol Luis Enrique, delantero entonces del Sporting, que luego pasaría por el Madrid y el Barcelona. El primer partido fue en el Luis Sitjar, el segundo en el Manzanares. Entre uno y otro pasaron 1275 minutos, récord mundial, recogido en el Guinness. Pese a tantos puntos como significó esa racha, y a que Abel jugó todos los partidos de esa liga, el Atlético no ganó aquel campeonato, sino que lo hizo el Barça. Aquella fue la primera liga del dream team de Cruyff.