Viv Anderson: primer negro en la selección inglesa (1978)

Hoy puede parecer algo sin la menor importancia, pero entonces significó un avance serio que un futbolista negro jugase con la selección inglesa. Jugadores de color fueron apareciendo tímidamente en el fútbol inglés a finales de los cincuenta, y ya más en los sesenta, y en los primeros tiempos era casi una constante que el público hiciera el ulular de los monos y hasta que les tiraran plátanos. No lo hacían todos los públicos, pero sí eran abundantes esos agravios, y casi podría decirse que constantes. Pero la facilidad de aquella raza para el fútbol y el trato con diversas colonias o ex colonias hacía que el fenómeno cada vez se hiciese más frecuente.

Ya había debutado en la Sub-21 Laurie Cunningham, del West Bromwich Albion, después fichado por el Real Madrid, en una operación que para entonces significó el traspaso récord pagado por el club madrileño por jugador alguno, pero hasta este día ningún futbolista de una raza que no fuera la blanca había jugado para el primer equipo de Inglaterra. Viv Anderson había nacido en Nottingham («Me siento inglés por los cuatro costados», comentó en las muchas entrevistas que se le hicieron) y era un lateral derecho de gran estampa: 1,87 de estatura y muy delgado. Un lateral de gran fuste, con calidad para subir, agilidad para rebatirse en defensa, jugador completo. Una estrella en su posición. Su primer equipo fue el Nottingham Forest, en el que jugó 424 partidos y ganó, entre otras cosas,dos veces la Copa de Europa. Pero aún le quedaron fuerzas para otros 150 partidos en el Arsenal, diez en el Manchester United (donde le persiguieron las lesiones), 94 más en el Sheffield Wednesday y hasta otros 22 en el Barnsley, donde terminó, como jugador-entrenador, ya con treinta y ocho años. Y 50 más con la selección inglesa, porque aquello no terminó en el debut.

El estreno causó un revuelo de entrevistas y fue noticia mundial, pero él lo tomó con calma. Es un hombre culto y medido en sus declaraciones y su propia personalidad contribuyó a que el hecho, que veinte años antes hubiera resultado estrepitoso, fuese aceptado con sosiego incluso por los sectores racistas que, aunque ya muy disminuidos, aún quedaban entre la afición futbolística del Reino Unido. El estreno lo propició el seleccionador Ron Greenwood, que venía de dos resultados anteriores bastante flojos, ante Éire y Dinamarca, así que decidió remozar el equipo y meter a cinco nuevos. Entre ellos a Viv Anderson, en el que nació la jugada del único gol del partido que dio la victoria a los suyos. Anderson lanzó bien a Currie, cuyo tremendo remate rechazó a duras penas el meta checoslovaco; Coppell se hizo con el rechace y culminó el gol. Para la historia quedó esta primera alineación de Inglaterra con un jugador de color: Shilton; Anderson, Cherry, Thompson; Watson, Wilkins; Keegan, Coppell, Woodcock, Currie y Barnes. Fue en Wembley, ante 92 000 espectadores, con Checoslovaquia como rival. Ganó Inglaterra 1-0.