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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 26 DE NOVIEMBRE

The Times titula: "The Match of the Century" (1953)

The Times titula: "The Match of the Century" (1953)

Suelen hacerse bromas, por parte de los que no son aficionados al fútbol, con la frecuencia con que tal o cual partido se cataloga como partido del siglo. En realidad son ellos siempre los que echan a rodar la expresión. Para el verdadero conocedor del fútbol solo hay un partido del siglo, el que jugaron en Wembley, en una lejana tarde-noche de noviembre de 1953, Inglaterra y Hungría. Una exhibición asombrosa de juego de los artistas magiares, y la primera derrota que sufrían los altivos ingleses en su sagrado templo, el Empire Stadium de Wembley. Un partido amistoso, sin más, pero su resultado final, la caída de los ingleses en su campo, explicó al mundo que el fútbol ya era de todos, que los inventores tenían ya caducado el derecho a la patente. La expresión viene del titular a toda página con el que The Times tituló en primera plana, en su edición del día 26: «The Match of the Century». El máximo elogio que puede recibir un partido.

Para entonces, Hungría tenía un equipo soberbio, que le había dado la vuelta a la WM, convirtiéndola en algo así como una MM. Retrasaba un poco a los extremos y al delantero centro y dejaba en punta a los dos interiores. Con ese truco táctico desconcertaba a muchos contrarios. Pero los desconcertaba sobre todo por la calidad de sus jugadores, particularmente los de arriba, entre los que destacaba el mayor Puskás, mayor porque tenía este cargo (equivalente a nuestro comandante) en el ejército húngaro. Los jugadores de los países del Este no podían ser profesionales, pero cobraban de empleos del Estado a los que no tenían que acudir. Inglaterra había estado mal en el Mundial de 1950, pero lo achacó a despistes, falta de adaptación… Pensó que una buena victoria ante Hungría reharía su prestigio. Nunca lo hubiera hecho. Aquella Hungría era mucho toro. Desde 1950 había jugado veintitrés partidos, casi todos ellos ante lo mejor del fútbol europeo, y había ganado veinte y empatado tres. Pero Inglaterra los desafió y allá fueron.

La cosa acabó en 3-6. Existe una película, no de todo el partido, pero sí de una hora, en la que a pesar de la vieja filmación y la neblina luce un fútbol extraordinario, mágico, desplegado por los húngaros. Puskás marcó un gol, pisando la pelota para hacer pasar a Billy Wright, que aún hoy se considera entre los mejores de la historia. Los héroes de aquella noche fueron: Grosics; Buzánszky, Lóránt, Lantos; Bozsik, Zakarias; Budai, Kocsis, Hidegkuti, Puskás y Czibor. Aún Inglaterra tendría el humor de pedir una revancha, en Budapest. Se jugó el 23 de mayo del año siguiente y fue una masacre, 7-1, con goles de Puskás (dos), Kocsis (dos), Lantos, Hidegkuti y Toth.

Aquella Hungría sufriría luego una gran decepción en la final de la Copa del Mundo de 1954, que perdió con Alemania 3-2. La misma Alemania a la que en la fase de grupo había ganado 8-3. Fue su única derrota en 49 partidos, los que median entre 1950 y la disolución del grupo, cuando a finales de 1956 los soviéticos invadieron Budapest. A muchos de estos jugadores les pilló la invasión fuera, en viaje de Copa de Europa con el Honved, para enfrentarse al Athletic de Bilbao. Prefirieron no regresar. Se quedaron y se contrataron para partidos amistosos por aquí y por allá hasta que fueron retirándose o encontraron destino. Puskás fichó por el Madrid el 11 de agosto de 1958 (véase), ya con treinta y un años y doce kilos de más, y aún dio nueve temporadas extraordinarias. Kocsis y Czibor ficharon por el Barça.