GRUPO L | ZÚRICH 1 - VILLARREAL 1
El Villarreal se mete en un lío
Bruno adelantó al Submarino, Pato y Bakambu perdonaron varias veces la sentencia y Rodríguez empató en el 86' tras un absurdo penalti. Está obligado a ganar al Steaua en 15 días.
El Villarreal volvió a hacerlo. Encarriló su partido con la superioridad que tiene, sesteó mientras perdonaba una y otra vez la sentencia y acabó tirando su trabajo por la borda al final con un penalti inútil y desbordado por un manojo de nervios. Otro descuido doloroso que suma a una fase de grupos para olvidar y que le obliga a una última jornada impoluta en casa ante el Steaua.El grupo se ha complicado de manera sorprendente con cuatro equipos en un punto, por lo que el fracaso del alivio están en estos momentos a la misma distancia. Al menos, depende de sí mismo. Que no es poco.
El Submarino aireó de nuevo por Europa su falta de madurez. Pese a que se olvidó de salida de su plan estratégico de las rotaciones, que regalaba minutos sin méritos, y aunque se aferró a siete fijos entre los que estaba Asenjo para depresión de Andrés. Tras caer en la previa de Champions, el equipo de Escribá demuestra que ya no le ponen las competiciones menores, aunque tenga presente que no pasar esta ronda sería un palo para la caja y un mazazo para la cabeza. Si Bruno, siempre al rescate, fue quien encarriló el partido en un córner; Pato y Bakambu fueron los responsables de no hacer bueno el cabezazo del capitán con varios goles cantados desperdiciados.
Ellos resucitaron al Zúrich. El entrenador local reservó a varios de sus pilares, sin importarle que es líder en su liga con diez puntos de diferencia. Bajar a segunda escoció y no hay otra prioridad esta temporada para él que trepar de inmediato ese pozo. El equipo suizo se mostró descoordinado con su línea de tres atrás. Regaló un gol a balón parado y pudo encajar otros dos o tres. Vanins pareció un pulpo más que un portero. Y, sin embargo, a falta de una jornada tiene seis puntos como el Villarreal. Ver para creer.
Escribá: "Hemos tenido, al menos, tres sin portero"
El Zúrich, favorecido por los errores de su adversario en los metros finales, intentó remediar su eliminación tras el descanso con balones largos primero y recurriendo a suplentes con galones después. Le funcionó. El Villarreal comenzó a pensar antes de tiempo en el Alavés (matinal del domingo) porque LaLiga, donde marcha cuarto, parece irle más. Así que mientras se relamía con algunos brotes verdes y con la posibilidad de aparcar la Europa League hasta febrero, comenzó a hacer aguas por las bandas. El Zúrich se creció, vivió a base de raza en el área del Villarreal y así encontró un balón al larguero, un penalti de Víctor Ruiz a Koné con el que Rodríguez empató y una parada milagrosa de Asenjo que evitó que el daño fuera irreparable.