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ATHLETIC-SASSUOLO

Paolo Cannavaro, viejo conocido de Ernesto Valverde

El hermano de Fabio ya cayó con el Parma en Bilbao. Cannavaro salió cedido con opción de compra a su club actual tras la eliminación del Nápoles a manos del Athletic.

Paolo Cannavaro celebra un gol tras marcar a la Roma durante un partido de la Serie A.
FILIPPO MONTEFORTEAFP

Athletic de Bilbao vs Sassuolo

Paolo Cannavaro (35 años) ha sido toda una institución en el fútbol italiano, a pesar de que su hermano Fabio se llevase la fama, mucho más dinero y hasta un Balón de Oro. Su carrera no ha sido moco de pavo.

Pese a su apariencia, es cuatro meses más joven que Aritz Aduriz, al que vigilará hoy de cerca como hizo con limpieza en la última media hora en Sassuolo. Se crió en las categorías inferiores del Nápoles y fue comprado por el Parma, donde coincidiría con el mayor de la familia, que después pasaría por Inter y Juventus antes de fichar por el Real Madrid. No obstante, le costaba jugar con regularidad y decidió irse cedido a Verona.

“Con Benítez era un ex jugador”

Paolino, como le llaman en Nápoles, era una institución. “Soy uno de los pocos ex jugadores a los que aún aplaude el San Paolo cada vez que vuelve”, ha dicho el hoy futbolista del Sassuolo. El mensaje de Twitter de su hermano Fabio cuando fue despedido del club lo dijo todo: “Buena suerte Paolino y felicidades a los que te han hecho sentir un extraño en tu casa”. El hoy futbolista del Sassuolo no se cortó un pelo a la hora de criticar a Rafa Benítez: “Cuando me fui del Nápoles, yo era un ex jugador, tuve que entrenarme dos veces al día en Sassuolo, incluso una tercera en casa”. “Os digo adiós con una sonrisa”, lanzó a su afición. Tiró un dardo a De Laurentiis: “Merezco su aclaración”.

Volvió a Parma y fue Cesare Prandelli, hoy técnico del Valencia. Es ahí cuando Paolo se cruzó por primera vez con el Athletic, en 2004. Valverde era el técnico. Los leones vencieron 2-0 con goles de Gurpegui y Del Horno. Decidió acudir a la llamada del Nápoles, el club de su ciudad, para subirle de la Serie B. Llegó a ser capitán, estuvo siete años y medio. Jugó la Champions y levantó el trofeo de Copa en Roma tras ganar a la Juventus. Jamás lo olvidará. Sin embargo, con la llegada de Rafa Benítez su sueño se acabó. La sombra del presidente, De Laurentiis, fue alargada. Le mandaron cedido con opción de compra al Sassuolo justo el verano en que el Athletic tumbó al Nápoles.