El Rayo le afeita los bigotes al Racing (1972)

El Racing estaba esa temporada en Segunda División, pero con buenas perspectivas de ascenso. El año anterior el equipo ha quedado en la parte baja de la tabla, y ha sufrido por ello. El Racing, uno de los diez equipos fundadores de la Primera División, nunca se ha sentido en casa cuando ha estado en Segunda. Este año pinta mejor. De entrenador está Maguregui, que crea un halo de optimismo luchador, según suele. El equipo está fuerte atrás, con Santamaría en la puerta (uno de tantos que tendrían que dejar el Athletic para no convertirse en eternos suplentes de Iribar) y una defensa con De la Fuente, Chinchón, Sistiaga y Espíldora. Los laterales procedían de la cantera del Madrid, y De la Fuente llegaría a fichar por el Cosmos. Chinchón fue un jugador mítico en el Racing, con los años. Sistiaga era el clásico fuerte defensa del norte. Delante de ellos el equipo se armaba bien, con una perlita de la casa, Sebas, por el que llegó a interesarse el Barça.

El Racing empieza fenomenal: 0-1 en Pamplona, 1-0 al Córdoba, 0-1 en Cádiz, 2-0 al Mestalla. El equipo no encaja tantos en su portería y algún gol siempre cae. Crece el optimismo y los jugadores tienen una idea: dejarse crecer el bigote y no afeitárselo hasta que el equipo pierda. Resulta un desafío simpático, que estimula a los rivales pero que al tiempo atrae la atención sobre el club. La cosa sigue: 0-0 en Valladolid, 1-0 al Sevilla, 0-3 en Logroño, 1-1 en Elche (¡primer gol encajado, ya en la jornada octava!), 1-1 en casa ante el San Andrés. Entonces se produce la salida a Baracaldo, donde un peluquero guasón y con ganas de hacerse célebre anuncia que allí perderá los bigotes el Racing, y se desplaza al campo el día del partido, con los útiles de afeitar, dispuesto a ofrecer los servicios gratis a los futbolistas del club cántabro. Pero el partido acaba 0-0 y los bigotes siguen en su sitio. También después de la siguiente semana, tras el 1-0 al Mallorca en El Sardinero.

El día 16 el Racing se presenta en el campo del Rayo como líder imparable, con siete victorias y cuatro empates. Solo ha encajado dos goles en esos once partidos. El Rayo juega en el campo de Vallehermoso porque se está reconstruyendo el de Vallecas, y allí se presenta el Racing, con sus bigotes. Juegan: Santamaría; Espíldora, Chinchón, De la Fuente; Luis García, Sistiaga; Sebas, Barba, Aitor Aguirre, Pablo Amado y Arrieta. Luego entrarán Docal y Gento III por Sebas y Arrieta. El Rayo no llega tan cómodo en la tabla: a esas alturas del campeonato ya lleva cinco derrotas. Solo ha ganado tres partidos y ha empatado los otros tres. Sale con Gómez; Aráez, Hernández, Nieto; Curta, Bordons; Illán, Emilio, Chapela, Guri (Acedo) y Potele. Es casi el ambiente de una final, con el Vallehermoso lleno y lo mejor de la prensa deportiva de Madrid, todos al reclamo de los famosos bigotes. Illán y Potele hacen los dos únicos goles del partido y los jugadores del Racing cumplen y, al regreso, se afeitan los bigotes. Luego, el Racing perdería nueve partidos más en ese campeonato (tres en el mes siguiente a la caída de Vallehermoso), pero aun así terminaría tercero, lo que le valió para ascender. El Rayo acabaría la temporada discretamente, en el undécimo puesto, pero pudo presumir de haberle afeitado los bigotes al coco de la categoría, que en adelante no lo fue tanto. Le pasó con el bigote lo que a Sansón con la cabellera, o casi.