James Rodríguez recupera la sonrisa con Colombia
Una vez más, el jugador del Real Madrid vive el parón de selecciones como una oportunidad para revitalizarse. El día a día en Valdebebas es otra historia.
James vuelve a sonreír y no precisamente por el Madrid. El jugador colombiano, como empieza a ser norma, está exhibiendo su rostro más feliz y relajado con su Selección, con la que ya afirmó que jugaría hasta cojo, una frase que corroboró lo ya sabido: el 10 encuentra en sus compatriotas lo que tanto echa de menos en Valdebebas: admiración, comprensión, paciencia, su mejor fútbol...
Discutido por la afición y con un Zidane que desconfía de él, parece que James se aproxima de nuevo a la puerta de salida del club blanco. La grada no le quiere en el once ni con Casemiro y Kroos lesionados y el francés no da indicios de ser muy partidario de lo contrario. No resulta extraño, por ello, que, en vez de regresar la mejor versión de James, lo que esté de vuelta sea el rumor constante sobre un posible adiós: la Juventus podría ser su destino a partir de las próximas navidades.
Tampoco sorprende, con tal panorama, que el jugador afronte otro periplo de selecciones casi como un retiro espiritual: "Siempre que voy a Colombia siento un aire nuevo que me ayuda a hacer las cosas bien", ha confesado en RCN esta misma semana. Y, aunque los partidos son otra historia, lo cierto es que en los entrenamientos no se le ve nada mal.
Su inicio de temporada en el Madrid ha dibujado un escenario muy diferente al que Pékerman percibe y expone en Colombia ("James es un jugador esencial en nuestro esquema"): sólo ha jugado 522 minutos, dejando un único gol (en LaLiga) y siete prometedoras asistencias.