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Ferguson coge el Manchester United (1986)

Aquellos eran malos tiempos para el Manchester United, que llevaba diecinueve años sin ganar nada, y hasta se movía por la zona baja de la tabla. Ferguson, escocés, había completado una buena carrera como delantero centro en el Glasgow Rangers. A los treinta y dos años había dejado de jugar para empezar a entrenar. Su primer destino, el East Stirlingshire, era un desastre cuando lo cogió: solo ocho profesionales inscritos y hundido en el fondo de la tabla de Segunda División. Al final de la liga fueron terceros en la categoría. Luego entrenaría al Aberdeen, donde alcanzó un éxito notable: la Recopa, cuya final le ganó a aquel Madrid de los cinco segundos puestos (véase el día 28 de diciembre) el año en que lo entrenó Di Stéfano. Para el United era una apuesta. Ferguson se propuso, desde que llegó, alcanzar al Liverpool en el número de títulos de liga, diez. Durante el período de ostracismo del United, el Liverpool se había convertido en el equipo de referencia de Inglaterra.

Sus primeros fichajes fueron Viv Anderson (véase el día 29 de noviembre) y Steve Bruce, pero el equipo no terminaba de responder a las expectativas. A la tercera temporada sin títulos, la afición empezó a impacientarse y a llevar pancartas en su contra. Ferguson se hacía difícilmente con la disciplina de una plantilla en la que existía una vieja tradición de bebedores. Los jugadores murmuraban a sus espaldas y le llamaban «el secador de pelo», por la fuerza de sus broncas, en las que les gritaba tan de cerca que según ellos el aire que exhalaba su boca les servía para secarse el pelo tras la ducha. También contaban que en ocasiones les arrojaba botas, botellas o botes. Ferguson alcanzó su punto más bajo en diciembre de 1989, lo que llamó su «diciembre negro». Pero le salvó en cierto modo una declaración de Bobby Charlton, que alabó su apuesta por el fútbol de ataque, que comparó con la forma de trabajar de Matt Busby: «Él nunca se preocupaba por la defensa». La protección de Charlton, el gran gurú del United, permitió a Ferguson transitar por sus días peores. Y se inspiró en Busby, un devoto del fútbol de cantera, para reconstruir el equipo.

Busby había ganado la Copa de Europa de 1968 con Stiles, Kidd, Foulkes, Sadler, Best y el propio Charlton, salidos todos de la cantera del club. Ferguson reconstruyó por fin el equipo con las mismas bases, dando confianza a jugadores que venían de abajo. Cuando por fin obtuvo el título, en la temporada 1992-1993, se superaban veintiséis años de frustración, pero al tiempo se abría el que iba a ser el período más brillante del club de Manchester. En 1999, en Barcelona, y con dos goles milagrosos en el descuento, el United recuperaba la Copa de Europa (ya mencionado el 26 de mayo) con Giggs, Scholes, Neville, Butt y Beckham, procedentes de la cantera. En este tiempo, Ferguson ha sido el único entrenador en conseguir tres títulos seguidos en la historia de Inglaterra, el único en ganar en un mismo año liga, Copa y Champions, y ha igualado ya los diez títulos del Liverpool, como se propuso. La receta ha sido paciencia y cantera.