La Federación desvió 219.500€ que iban a niños de Haití

Otro escándalo salpica la gestión de Villar al frente de la Federación. Según desveló ayer El Mundo y ha confirmado el CSD, la FEF se apropió de al menos 176.000 euros de los 219.500 sin justificar de una subvención que le concedió el Gobierno de Zapatero a finales de 2010 destinada al Programa Proyecto Haití. El objetivo era construir una escuela de fútbol tras el terremoto que dejó 316.000 muertos. Sin embargo, sólo llegaron al destino algunas botas y porterías. No hay rastro de la inversión esperada en entrenadores ni en la escuela y, además, hay justificantes de nóminas de técnicos que no viajaron a Haití nunca y facturas de material para 600 alumnos (la cantidad que curiosamente tiene en Las Rozas) pese a que la escuela fantasma era para 150 niños. Según El Mundo, sólo dos trabajadores viajaron allí en 2011 y uno de los billetes, con escala, costó 15.500 euros.

Según ha podido saber AS, el Gobierno, tras estudiar las propuestas y aprobarlas, dio ese año un total de 1.222.000 euros a la Fundación de la FEF para destinarla a cuatro proyectos, algunos de ellos para promover la candidatura de España al Mundial 2018. Lo hizo bajo el epígrafe ‘Programa fomento y fortalecimiento de políticas transversales en materia deportiva’, como especificó el BOE el 17 de febrero de 2011. Una subvención fue de 462.000 euros para un ‘Programa de educación deportiva integral en las escuelas de fútbol’. Otra de 287.000 para ‘Campus de Tecnificación internacional’. Y una más, de 254.000, para un ‘Programa de captación de gestores de clubes y federaciones en Iberoamérica’. 1.002.500 euros que se suman al plan de Haití y que el CSD reclama ahora sin éxito para reintegrarlo en el erario público al no ser justificados. La FEF no los devolvió en el plazo (21 de junio de 2016) ni tras la prórroga solicitada.

No es la primera vez que la FEF tiene problemas con las cuentas. Ya le pasó cuando Miguel Cardenal le pidió justificar las inversiones realizadas con la subvención de más de un millón que le daba anualmente y a la que la FEF renunció, en un principio por generosidad con las federaciones (su presupuesto era de 130 millones) y después para no rendir cuentas. Villar se niega a que se audite todo al considerar, contrariamente a lo que dice la Ley del Deporte, que sólo se puede hacer con el dinero público recibido y no con el privado. La FEF también se enredó con su dinero de las quinielas (1,3 millones), que fue repartido interesadamente para construir campos de césped artificial