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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 27 DE OCTUBRE

El Madrid es rechazado en el campeonato catalán (1936)

Plantilla de jugadores del Real Madrid de 1935-1936.

La Guerra Civil comenzó el 18 de julio. El avance de las tropas de Franco desde el sur, por Extremadura y luego girando hacia el este, por Toledo, le hizo llegar pronto a las puertas de Madrid, que al comienzo del otoño ya era frente. El fútbol era imposible, pues, y Pablo Hernández Coronado, que había sido portero del equipo y para entonces era secretario general del club, concibió la idea de trasladar al Madrid a Cataluña e inscribirlo en el campeonato catalán. Para entonces el frente aún quedaba muy lejos de Barcelona. El Madrid tenía un buen equipo. Había sido el último campeón de Copa, pocos días antes de la guerra, batiendo 2-1 al Barça en la final. Resultado salvado, por cierto, in extremis, por Zamora con una parada inverosímil a tiro de Escolà. Hernández Coronado contó con el catalán Paco Bru, personaje importantísimo en la época y entrenador del Madrid, para los primeros contactos. Y su respuesta fue optimista.

Así que el Madrid se trasladó a Cataluña con los porteros Espinosa y Alberty, los defensas Ciriaco, Quesada y Bonet, los medios Pedro Regueiro, Villita, Valle y Antonio Bonet, y los delanteros Luis Marín, Luis Regueiro, López Herranz, Lecue, Malbo, Emilín Alonso, Alfonso Sanz y Emilio Sánchez. No eran todos sus mejores jugadores (la guerra había dispersado a algunos, como Zamora o Quincoces), pero sí un buen grupo. Se tomó en alquiler un caserón en El Masnou y comenzaron los entrenamientos.

La presencia del Madrid fue acogida con gran calor por el Sindicato de Futbolistas profesionales en pro de la buena solidaridad republicana. El 366 plan era jugar en la categoría A del campeonato catalán, con Barcelona, Espanyol, Sabadell, Gerona, Granollers y Badalona. Con el Madrid serían siete, de modo que siempre tocaba descansar a uno, y el Madrid utilizaría cada vez como local el campo del que descansase. El 20 de octubre hubo una reunión para corroborar todos los acuerdos (ya se llevaban disputadas dos jornadas del campeonato, que empezó el 4 de octubre, pero se consideraba factible incorporar todavía al Madrid al calendario). Todos estaban de acuerdo con la inclusión excepto Rosendo Calvet, emisario del Barcelona, que argumentaba que la presencia del Madrid perjudicaría a los equipos de la categoría B, que perderían público. Ninguno de los ocho representantes de los equipos de esa categoría compartía esa teoría, así que se propuso una votación. El presidente de la Federación catalana, Eroles, se ausentó entonces diciendo que tenía una llamada urgente. Regresó diciendo que le anunciaban el envío de un papel firmado por «los verdaderos representantes de los clubes de Primera B», en el que se rechazaba la presencia del Madrid. La reunión se suspendió a la espera del documento. Y ya no hubo más reuniones. Una semana después, la Federación catalana emitió un comunicado anunciando que se rechazaba la solicitud del Madrid por el daño que podía hacer a los pequeños clubes catalanes. Estos, en una nota a la prensa, expresaron su sorpresa por tal comunicado, pero el asunto no tuvo marcha atrás. El Madrid no jugó el campeonato catalán. Recogió su bártulos, abandonó el caserón de El Masnou y se dispersó hasta el final de la guerra.