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GENOA 3 - MILAN 0

El Genoa golea a un Milan gris

Ninkovic, Kucka en propia meta y Pavoletti marcaron los tantos del equipo local, que se acerca a la zona europea en la clasificación.

Actualizado a
El Genoa golea a un Milan gris
GIUSEPPE CACACEAFP

El Milán destrozó en el Ferraris el sueño de acostarse líder de la Serie A por, al menos, una noche: los rossoneri, tras la inesperada victoria ante la Juventus con sus 'bambini' Locatelli y Donnarumma como protagonistas, cayeron 3-0 en el estadio del Genoa, que por su parte canceló la decepción por el derbi ante el Sampdoria, perdido en la pasada jornada.

La primera parte fue bastante descafeinada, con los locales escribiendo el guión de siempre en su campo ante los grandes: marcaje hombre a hombre, gran intensidad y cero espacio para la iniciativa rival. El enfrentamiento se puso enseguida cuesta abajo para los de Juric, que a la primera oportunidad abrieron la lata: Rincón centró y Honda, olvidándose de seguir el buen movimiento de la línea defensiva para el fuera de juego, dejó a Ninkovic la ocasión para cabecear solo en plena área, batir a Donnarumma y firmar su primer tanto con el Grifone.

La solidez del Genoa – segunda mejor defensa después de la Juve – anuló totalmente a Bacca, que apenas tuvo una oportunidad al principio de la reanudación tras un chut de Locatelli que se transformó en asistencia, aunque el colombiano no pudo controlar el balón, entregándoselo a Perin. En el 56' la situación rossonera se hizo desesperada: Paletta falló totalmente el tiempo de una estirada, tirando al suelo a Rigoni y ganándose una tarjeta roja.

Montella reaccionó quitando al apagado Bacca y sacando al español Suso y a Luiz Adriano. Sin embargo, el protagonista del tramo final del partido fue otro jugador que empezó en el banquillo: Leonardo Pavoletti. El punta italiano sustituyó a Gio Simeone y sentenció: en el 80' obligó a Kucka a marcar en propia puerta para anticiparle tras un centro de Lazovic, mientras que seis minutos después aprovechó un pase vertical de Laxalt, se deshizo de Romagnoli y batió a Donnarumma con una rosca. El 3-0 fue un castigo quizás demasiado grande para los rossoneri, que hasta la expulsión de Paletta daban la sensación de poder estar en el partido. No obstante, el resultado sí le da la razón a Montella: soñar con el Scudetto y el primer puesto, en este momento, es inútil y dañino. El objetivo del Milán debe ser volver a Europa, para todo lo demás tocará esperar a la siguiente temporada. Una vez más.