El Athletic suma su segunda derrota y es colista de grupo
Brabec marcó en el 39' y Ndidi sentenció en el 82'. Pobre partido de los de Valverde, que quedan como colistas del grupo F en solitario con tan sólo 3 puntos.
EI Athletic hizo un nuevo ridículo en Europa, que le mantiene colista en un grupo que parecía asequible. No tiene pie y medio fuera de la competición por el empate entre Rapid y Sassuolo, pero apenas le queda margen de error. El Genk de un fantástico Pozuelo le ganó 2-0 con todas las de la ley. No fue la única mala noticia: Yeray salió en camilla por un esguince muy fuerte de tobillo y Aduriz, que tuvo una noche como para mirárselo, terminó cojo.
A Valverde, que había puesto sobre el verde al mejor once que cree tener sin Beñat y De Marcos, le salió todo al revés. Llegará al Bernabéu con su equipo maltrecho. Si el Athletic quería jugar finales en la Europa League, tiene tres en dos meses en la fase de grupos.
Y eso que Aduriz pudo poner a su equipo dos veces por delante. Primero en el 12’, cuando elevó demasiado una vaselina tras gran pase de Iturraspe. Después, por el injusto cambio de reglamento del fuera de juego posicional, el ariete se pudo aprovechar de haberse quedado tirado en el área para hacer el 0-1. Quedó descolgado arriba, Williams salió en galopada y le cedió para marcar en órsay por centímetros. El línea lo vio.
Los leones, con un juego exageradamente directo en la primera parte al abusar del buen desplazamiento en largo de Herrerín, con San José por delante del balón y Muniain sin entrar en juego, fueron quedando a remolque. Pozuelo filtró buenos pases y Bailey apareció para propiciar el 1-0. Lekue no despejó una pelota, Herrerín desvió el tiro del jamaicano y el balón cayó a placer a Brabec.
El desastre de la primera mitad lo fue algo menos después con Muniain por dentro, pero los leones no tuvieron ocasiones hasta casi el 2-0, con cabezazos de Elustondo y Raúl. Aduriz debió ver antes la roja al lesionar a Buffel y Herrerín evitó un gol de Pozuelo. El tiro desde fuera del área de Ndidi ya era demasiado. Justo castigo, encima con penitencia.