La selección de Euskadi parte para América (1937)

Cuando estalla la Guerra Civil, Vizcaya y Guipúzcoa quedan del lado de la República. Como era verano, la mayoría de los mejores jugadores vascos (que eran también los mejores de España, salvo excepciones) estaban en sus casas una vez concluida la temporada. El gobierno vasco concibió una idea: enviar a su selección de gira por Europa para hacer propaganda de su causa y también, en cierto modo, para defender en el exterior la imagen de un País Vasco religioso, desmarcándose de las persecuciones que sufría la Iglesia en otras zonas republicanas. El 25 de abril de 1937 el grupo juega su primer partido, en París, ante el Racing de París reforzado por otros jugadores de la ciudad, y gana por 0-3, los tres de Lángara. La alegría queda ensombrecida a la mañana siguiente por la noticia del bombardeo de Guernica, que les llega allí mismo. La gira siguió con nuevos partidos por Francia, Checoslovaquia, Polonia y Rusia, donde en Moscú se enteraron de la caída de Bilbao. Allí hubo visita a centros de acogida de los niños vascos desplazados para alejarlos de la guerra, entre escenas de gran emoción. El regreso es por Finlandia, Noruega y Dinamarca hasta llegar de nuevo a Francia, donde examinaron la situación. Todo el País Vasco estaba en poder de Franco, que había inclinado la guerra definitivamente a su favor. Gorostiza, Roberto y el masajista, Perico Birichinaga, optan por regresar a España, donde no serán molestados. El resto decide el 10 de octubre, tras una cena de homenaje al ex presidente del Athletic, Manuel de la Sota, en Barbizon, seguir la gira por América, lo que cambiará sus vidas. Empiezan por México y Cuba, con gran éxito de resultados y recaudaciones. Luego intentan concertar partidos en Argentina, pero la FIFA, que ya ha reconocido a la Federación de la España franquista, se opone, y no lo consiguen. Aún juegan algunos partidos en Cuba y en México, donde el Euskadi llega a inscribirse en la liga local, en la que termina segundo. Finalmente, el equipo se disuelve.

Varios regresan a Argentina, donde les ofrecen buenos contratos: Zubieta, Lángara, Iraragorri y Emilín fichan por el San Lorenzo, donde Lángara, por cierto, marca cuatro goles en su debut ante River, en una fecha aún recordada en el fútbol argentino como una de las más singulares de su historia. Blasco, Areso, Aedo y Cilaurren fichan por el River Plate, precisamente. Luis Regueiro y Chirri II dejan el fútbol. Otros se quedan en México, donde juegan en el Asturias o el España. El España ganará la liga mexicana con sus fichajes vascos, de ahí que haya corrido la leyenda de que el Euskadi ganó la liga mexicana. Algunos regresaron al cabo de algún tiempo. Iraragorri volvió pronto y jugó en su Athletic, del que luego fue entrenador. Zubieta y Lángara, ya muy mayores, también regresaron al Deportivo y al Oviedo. Aunque más tarde reemprenderían sus vidas en América. Pero los más completaron sus vidas allí. Luis Regueiro tuvo un hijo que fue internacional con México. La presencia de los vascos en México y Argentina dejó un gran sabor entre los aficionados de ambos países, y en México produjo un importante avance en su fútbol.