Alcaraz ya ha sacado su libreto. El técnico granadino, como si no hubiese pasado el tiempo, se ha puesto al frente del equipo un doble objetivo: rescatar la hundida moral del vestuario y empezar a inculcar parte de su discurso. Lo primero está siendo la comunicación, hablar con el grupo antes y durante los entrenamientos, de forma individualizada o a todo el colectivo según proceda. Con atención y brío, en pantalón corto y poniendo a prueba sus cuerdas vocales, Alcaraz está dirigiéndose constantemente a los jugadores, les corrige y anima, y trata de mantenerse cerca de ellos, de arroparles en este momento delicado.
El técnico está teniendo esta semana que lidiar además con el hándicap de los internacionales, nada menos que siete ausencias de jugadores importantes que se encuentran de gira. Permanecen con sus selecciones Gastón Silva, Kravets, Angban, Krhin, Atzili, Carcela y Uche, bajas en el día a día a las que hay que sumar la lista que luce en la puerta de la enfermería: Ochoa, Foulquier, Saunier, Tabanou y Lombán. Con todos estos condicionantes, el nuevo técnico completó la sesión de este miércoles con siete jugadores del Granada B, que también se afanaron al máximo bajo las órdenes de Alcaraz.