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ATLÉTICO DE MADRID

Mendoza: "El Calderón deja páginas históricas del Atlético"

Mañana se cumplen 50 años de la inauguración del Calderón. Se inauguró un 2 de octubre de 1966 con un Atlético-Valencia (1-1). Mendoza, delantero centro ese día del equipo rojiblanco, rememora para AS historias del pasado, del estadio y del actual Atleti.

Mendoza: "El Calderón deja páginas históricas del Atlético"

Valencia - Atlético

Usted fue el delantero centro del Atlético el día de la inauguración del Manzanares (2 de octubre de 1966).

—Queda un poco lejano ya... El Valencia nos aguó un poco la fiesta. Teníamos la intención de ganar para que la inauguración fuera redonda, pero no pudo ser. Cosas del fútbol. Ha pasado mucho tiempo de aquello y seguimos aquí. Sigo al Atlético con el mismo entusiasmo e interés de siempre. La pasión ya pasó y ahora veo el fútbol desde otra perspectiva. Auguro una buena temporada para el Atlético.

—Cuando se cambiaron ustedes de estadio, el Manzanares estaba sin acabar y en obras...

—Es cierto. Faltaba la tribuna. Por cierto, debería llevar mi nombre porque gracias a mi traspaso al Barcelona se pudo acabar esa tribuna.

—Mientras ellos van de pie, nosotros todos sentados...

—Sí, recuerdo que había carteles de la afición con esto que dice porque en el Manzanares todos los espectadores estaban sentados, algo nuevo.

—Si el estadio era nuevo, el equipo era de campanillas.

—Era un Atlético muy competitivo, muy fuerte, con individualidades de gran nivel, un equipo muy respetado en Europa.

—Cardona, Luis, Mendoza, Adelardo y Collar formaron en la delantera ese día frente al Valencia. ¿Cuánto valdría hoy ese ataque?

—Unos cuantos millones de euros. Eran jugadores contrastados, de gran clase, lo demostraron en muchos partidos. Podríamos decir que esa delantera valdría muchos millones de euros.

—Rodri era el portero.

—Muy buen guardameta. Seguro.

—Colo, Griffa y Rivilla eran los defensas.

—Rivilla era pequeñito pero muy grande. Un gran jugador. Colo, también. Y luego estaba Griffa. Todos los que formaban esa plantilla eran jugadores a la altura de un gran club como el Atlético, formábamos un gran equipo.

—Cuentan que Griffa era uno de los jefes de ese equipo, uno de esos futbolistas que dejan huella.

—Griffa era un baluarte atrás, era muy difícil superarlo. Le ponía una gran pasión. Y también un gran corazón. Era un futbolista muy ágil y muy duro también. Los delanteros rivales tenían mucho cuidado de enfrentarse a él. Es cierto que Griffa marcó una época en el Atlético.

—Iglesias y Glaría jugaron en el centro del campo.

—Glaría fue un gran medio, comenzó en las inferiores del Atlético y fue creciendo de una manera increíble. Nosotros le llamábamos el Pelao. Iglesias era muy duro y lo pude comprobar luego cuando me enfrenté a él jugando con el Barcelona. Iglesias fue un gran futbolista también.

—En esa época ustedes le plantaban cara al Real Madrid, campeón de Europa.

—El Real Madrid tenía un problema con el Atlético. Y particularmente en Copa les aguamos la fiesta. Ganamos dos Copas seguidas y en su campo, lo que nos proporcionaba más alegría y satisfacción.

—Fueron las Copas de los años 60 y 61. El Real Madrid fue campeón de Europa, pero el Atlético lo fue de España.

—El Santiago Bernabéu era un estadio importante y nos motivaba de forma especial. Les tomamos la medida y el Real Madrid temía jugar contra nosotros.

—Estamos hablando del mejor Real Madrid de la historia.

—Eran grandes jugadores, eran estrellas. Pero nunca se sabe qué jugadores son los mejores porque la historia siempre continúa.

—Hablando del eterno rival, el 7 de marzo de 1965 le marcó un gol al Real Madrid que acabó con una enorme racha madridista: el Real estuvo ocho años y 18 días (121 partidos ligueros) sin perder en su estadio.

—Sí, hace poco me hicieron un reportaje sobre esto. No lo recordaba mucho pero me vino a la memoria ese partido. Ganamos con un gol mío y fue un hecho importante.

—¿Cómo se definiría usted?

—Autodefinirse no es lo mejor, pero creo que era un jugador bastante completo. Destacaba por mi técnica. Por mi estatura, también iba bien de cabeza. No era un gran goleador, pero sí hice goles bastante importantes. Y creo que en la forma de jugar era elegante. Con el paso del tiempo surgieron comparaciones con Zidane. Todos esos elogios me agradaron, por supuesto.

—Justo a sus espaldas están la Liga, las tres Copas y la Recopa de Europa que ganó defendiendo la camiseta del Atlético.

—Fueron grandes triunfos, grandes momentos, muchos recuerdos... Fuimos justos vencedores de estos títulos y lo hicimos muy bien.

—Me dijo al principio que le gusta el actual Atlético.

—Sí, me gusta. Se ha reforzado muy bien, tiene una defensa muy consolidada, pero siempre he dicho que le faltaba técnica. Siempre ha tenido un equipo compacto, pero necesitaba algún retoque. Ahora juega al fútbol. Y sigue teniendo el espíritu ganador y esa fuerza que transmite su entrenador. Tiene al Niño, que está muy bien; a Gameiro, que es un gran fichaje.

—Y a Griezmann...

—Sí, pero a mí me gusta mucho el belga, Carrasco. Es veloz, ágil, inteligente, dribla muy bien. Tiene una gran clase.

—En los 50 años del Calderón, el Atlético vuelve a medirse al Valencia y es una bonita casualidad.

—Tengo mucha simpatía por el Valencia, que también tenía un gran equipo. Yo no duré mucho tiempo en el Manzanares, porque no acabé esa temporada.

—El año que viene el Calderón pasará a la historia.

—En este estadio se han escrito algunas de las páginas más importantes de la historia del club. Pero el Atlético está creciendo, busca otros horizontes más ambiciosos. Pero lo que se ha hecho aquí quedará para la historia.

—Entonces ya vivieron un traslado de estadio y en breve habrá otro.

—Se necesitará un tiempo de adaptación. Al principio todos tendrán la impresión de estar en otra casa, y de hecho será así, pero pronto todo el mundo se identificará con todos los rincones del nuevo estadio del Atlético.