La hora de Musonda
Los regates y la velocidad del belga volvieron a dar rentabilidad ante el Málaga, con una asistencia. El año pasado se apagó tras un inicio fulgurante.
Charly Musonda Jr. aprovechó su primera titularidad de la campaña poniendo en la cabeza de Joaquín el gol que significaba la victoria ante el Málaga. Poyet, que hasta entonces lo había usado siempre como suplente, ya tiene motivos para colocarle en el once en la esperanza de que sus regates frenéticos y su velocidad le darán al equipo mucho más que fuegos de artificio, algo de free-style para las resúmenes B de la jornada: el futbolista belga es también capaz de rentabilizar su calidad.
Ya lo logró a finales de enero, nada más aterrizar del Chelsea para su primera cesión en Heliópolis. Bicicletas que desarbolaron al Valencia, un gol días después ante el Deportivo y un pase decisivo ante el Espanyol hicieron que Juan Merino, entonces entrenador bético, se frotara las manos. Pero era la primera vez que Musonda aparecía por la elite y su físico, comprensiblemente, lo acabó pagando. Tanto como para acabar de suplente los últimos cinco encuentros de Liga y sumar otra asistencia más solamente hasta el final de temporada.
Aquel 'apagón' no fue óbice para que el Betis volviera en verano a luchar por un nuevo préstamo en la convicción de que éste podía, puede ser de hecho el año en el que Charly comience a explotar su talento de manera habitual. El belga prefirió regresar al Villamarín antes que marcharse algún otro equipo importante del continente y lo hizo entre otras cosas "para jugar mucho", algo que debe suceder a partir de ahora.