Primer partido que no gana el City de Pep: le costó empatar

El City sufrió en Glasgow como nunca antes esta temporada y por momentos fue zarandeado por un Celtic que le arrebató dos puntos y buena parte de su confianza. La tensión con la que los hoops pelearon cada pelota y su tremendo potencial a balón parado obligaron a los de Guardiola a remangarse en un partido que intuían difícil, aunque no tanto.

Todo se precipitó en el primer acercamiento del Celtic, casi sin tiempo para asimilarlo. Una jugada de estrategia magníficamente ejecutada dejó solo a Sviatchenko y su prolongación acabó en la portería de Bravo tras tocar Dembele en fuera de juego. El inicio arrollador de los escoceses se tradujo en lo que menos convenía al City, un gol en contra, que al menos pudo corregir Fernandinho al poco tiempo y tras encontrarse un balón suelto en el área. Pero ni las tablas asentaron a los citizen, atropellados cada vez que su rival cercaba el área.

La siguiente puñalada vino por la izquierda, cuando Tierney remató a portería y Sterling se cruzó con tal mala suerte que sorprendió a Bravo. Había pasión en cada lance en Celtic Park y al City no le convenía tanto eso como que sus artistas se hicieran protagonistas. A falta de un Agüero desacertado, esa misión correspondió esta vez a Silva. El canario robó en el centro del campo y asistió con maestría a Sterling en el 2-2, coronado por el extremo con suma frialdad dentro del área ante la salida de Gordon. La única manera de domar el partido para el City era a través del control de la pelota, pero el Celtic no estaba dispuesto a dejarle jugar cómodo y además siguió mordiendo en cada acercamiento.

Al poco de comenzar el segundo tiempo, otro buen centro del joven Tierney lo remató a la red de forma acrobática y también afortunada Dembele. Si el joven Dembele del Dortmund es una de las sensaciones en este arranque de temporada, este delantero francés de 20 años reclutado por el Celtic del Fulham esta temporada no se queda atrás. El tercer mazazo en forma de gol en contra obligó de nuevo al City a la reacción, todo ello dentro de un carrusel que no le favorecía en nada. Ahí apareció de nuevo Silva, que se inventó la jugada del tercer empate del encuentro que terminó remachando Nolito con Gordon en el suelo.

Quedaba media hora y las reservas del Celtic estaban ya agotadas. Los de Rodgers se dedicaron a defender con honor el resultado mientras Guardiola confiaba en lo que tenía arriba (entraron sólo Stones y Fernando, de claro carácter defensivo) para lograr un tanto que no llegó y que hubiera sido injusto por el enorme esfuerzo de un Celtic inferior, pero orgulloso y corajudo hasta vender su piel sólo a cambio de un empate.