Pasaron ya ocho años desde que Nápoles y Benfica se vieron las caras en Europa. Era una primera ronda de la vieja Copa de la UEFA, los azzurri ganaron 3-2 en su estadio con una gran remontada, pero cayeron 2-0 en Portugal abandonando la competición. Eran unos partenopei tímidos, que acababan de volver a la Serie A, y asustados frente al escenario del Da Luz. Muchas cosas cambiaron desde entonces: hoy los italianos no pueden todavía considerarse favoritos –los lusos, hace un año, ganaron en el Calderón e hicieron temblar al Bayern- pero sí pueden jugar el partido con tranquilidad y sin ningún miedo.