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CHAMPIONS LEAGUE

La tecnología de la línea de gol llega al Santiago Bernabéu

Pase lo que pase en el Real Madrid-Sporting de Portugal, salvo fallo técnico inesperado, no habrá posibilidad de goles fantasmas en el estadio blanco.

Actualizado a
La tecnología de la línea de gol llega al Santiago Bernabéu
@paul_pburgess

El Bernabéu estará de estreno en la vuelta de su equipo a la competición que le vio proclamarse rey de Europa por undécima vez el pasado mayo: la UEFA ha implantado en el estadio blanco la tecnología de la línea de gol, a la que se deberá agradecer (nostálgicos al margen), al menos cuando su uso esté extendido, el adiós a los goles fantasmas.

El fútbol, en este caso a través de la UEFA, no es ajeno a la imparable penetración de la tecnología en todos los ámbitos de la sociedad. Desde hace ya un tiempo viene probando con un sistema llamado a extinguir las dudas sobre si un balón ha entrado o no. Seguramente, el punto de no retorno hacia ese avance tecnológico se dio con el cambio de Platini, firme opositor a esta idea, por Infantino, gran enamorado de esta revolución.

La UEFA decidió el pasado mes de marzo que la tecnología de la línea de gol ya estuviera presente en las finales de Europa League y Champions League de 2016. Previamente se había anunciado que también se llevaría a la Eurocopa de Francia y a las presentes ediciones de la Champions y la Europa League. Así pues, el Bernabéu, que en la noche de este miércoles (cuándo y dónde ver el partido) recibe al Sporting de Portugal, contará con el ojo de halcón, sistema con siete cámaras por portería, 14 en total, que utiliza un software de control de balón dentro de los tres palos. A partir de técnicas de procesamiento de visión y datos, es capaz de confirmar si ha sido gol o no en un segundo emitiendo una vibración y una señal visual en el reloj de cada árbitro del partido.

Un Bernabéu de gala

El estadio madridista presentará un detalle de excepción para un partido que ha levantado gran expectación (ha sido declarado de alto riesgo, de hecho), en mayor medida por lo simbólico del rival para Cristiano Ronaldo y por ser el primer partido de Champions de los de Zidane desde aquel inolvidable de Milán que supuso la Undécima.

Tal y como ha desvelado Paul Burgess, uno de los máximos responsables de que el césped del Bernabéu luzca como una alfombra verde, los banderines incluirán un guiñito a la última conquista blanca en la mejor competición de clubes del mundo. Vuelve el campeón y cualquier resquicio es bueno para recordarlo.